jueves, 3 de octubre de 2024

Por Ulrich Sante,
Embajador de la República Federal de Alemania Ambassador (ret.), Vice Chairman Landesbank Baden-Württemberg LBBW

Berlín / Stuttgart (AT) – No es una tarea simple hablar de la reunificación alemana este 3 de octubre, Día de la Unidad Alemana. Qué grande fue el entusiasmo cuando cayó el Muro. No sólo la división de Alemania llegaba a su fin en 1989. También, la Guerra Fría y el mundo, y con él Europa, empezaron a crecer de nuevo unidos pacíficamente tras años de enfrentamiento ideológico y militar.

Hoy, 35 años después, en Europa nos enfrentamos a una cruda realidad: no sólo la unidad alemana está bajo presión a la vista del resultado de las elecciones en dos estados federales del este de nuestro país, cada uno de los cuales es importante a su manera.

ONU, Naciones Unidas, Alemania, aniversario, banderas
Alemania cumple 51 años dentro de las Naciones Unidas.

Con la invasión no provocada de la Ucrania soberana y las acciones asesinas de Putin contra la población ucraniana, el revisionismo y el imperialismo han vuelto a Europa. Con la guerra, Rusia no sólo ha anulado el orden de paz europeo. Con ella, Putin también está poniendo en tela de juicio la vigencia global de la Carta de las Naciones Unidas, incluida la validez de los Derechos Humanos. En última instancia, sin embargo, la invasión rusa se dirige sobre todo contra el orden básico liberal y democrático de la Unión Europea y sus 27 Estados miembros, al que tantos países de Europa del Este se adhirieron por decisión libre de sus ciudadanos tras el final de la Guerra Fría.

La pregunta que todos debemos hacernos -independientemente de dónde vivamos- ante este telón de fondo es sencilla: ¿debe el retorno del imperialismo, el revisionismo, el colonialismo y la segregación determinar nuestro destino en el futuro, o no es hora ya de que volvamos a una coexistencia pacífica basada en normas en las que todos confíen y respeten y que, por tanto, se apliquen sin oportunismos. En otras palabras, una coexistencia que no esté determinada por el poder del más fuerte ni por una ideología concreta, sino por una ley que obligue a todos por igual. A pesar de todos los conflictos individuales desde el final de la Segunda Guerra Mundial, esto ha permitido a los pueblos de todo el mundo convivir en una paz y prosperidad cada vez mayores durante casi 80 años. Sin embargo, hoy, este mundo ha entrado en una espiral imprevisible.

Por eso, cuando el 3 de octubre conmemoramos la reunificación en Alemania, no sólo recordamos las manifestaciones pacíficas de nuestros compatriotas de la antigua RDA, que hicieron posible la unión de las dos partes de nuestra nación tras casi 30 años de separación de familias y amigos. También recordamos y esperamos que en estos tiempos de creciente separación y diferenciación, los pueblos del mundo permanezcan unidos en el empeño de no permitir que la discordia los divida, sino que, por el contrario, sigan buscando más intensamente vías y medios para desafiar las tendencias geopolíticas de separación mediante proyectos concretos y a largo plazo de cooperación.

Panel Conferencia de Seguridad de Múnich 2024, Diana Mondino y Chrisitan Lindner.
El panel sobre Arquitectura Financiera global, del cual participó Diana Mondino (2da.izq), junto al ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner (1ero. izq.) en la edición 2024 de la Conferencia de Seguridad 2024 MSC, celebrada en Múnich (Foto: @MunSecConf).

América Latina y Europa

En este contexto, América Latina y Europa tienen una obligación especial, no sólo por sus fuertes lazos históricos, sino también por sus oportunidades. Durante demasiado tiempo, hemos descuidado la cooperación y hemos dado por sentada la existencia de buenas relaciones. Hoy, las condiciones geopolíticas no podrían ofrecer una mejor oportunidad para dar un nuevo impulso a estas relaciones y espíritu de innovación. Seis son los ámbitos que lo reflejan

La cooperación económica. América Latina ofrece una asociación económica de peso para Europa, sobre todo por sus recursos naturales y su potencial en energías renovables. El cobre, el litio, las tierras raras, pero también la experiencia digital representan un oportunidad importante para nuestra transición energética y de movilidad.

Las relaciones comerciales. Alemania es uno de los principales socios comerciales de América Latina en Europa. Con el acuerdo UE-Mercosur, los flujos comerciales podrían aumentar en calidad y cantidad impresionantes, lo que beneficiaría tanto a los exportadores alemanes como a los productores latinoamericanos. Juntas, ambas regiones formarían una de las mayores zonas de libre comercio del mundo.

La protección del clima y la sostenibilidad. Muchos países latinoamericanos poseen enormes selvas tropicales y albergan una enorme biodiversidad, lo que les convierte en actores clave en la lucha contra el cambio climático, pero también en la innovación con vistas a preservar un mundo en el que merezca la pena vivir.

La cooperación política y estabilidad. América Latina se ha convertido en una región de peso para la promoción del diálogo político y el fortalecimiento de la democracia, los Derechos Humanos y la estabilidad, también dentro de su comunidad de Estados. Reforzar el diálogo de fomenta en última instancia la transparencia y la confianza mutua.

El intercambio cultural y científico. Históricamente, ha existido una estrecha conexión cultural entre los países de América Latina y Europa, sobre todo debido a la inmigración y a la cooperación científica, especialmente con Alemania. La educación, la investigación y la innovación son áreas en las que ambas regiones pueden beneficiarse mutuamente.

La importancia geopolítica de una cooperación más estrecha. En un mundo en el que las potencias mundiales intensifican sus esfuerzos por expandir su poder, corresponde a los países defender el multilateralismo de largo alcance como principio organizador global. Nada será más perjudicial para el desarrollo próspero de los países de América Latina o de Europa entre que una polarización y una demarcación promovidas a propósito por terceros.

Por todas esta razones, en estos tiempos de preocupación por un alejamiento mundial y por la pérdida de la capacidad de diálogo entre los países, este 3 de octubre es quizás también un recordatorio y una invitación a América Latina y a Europa para que no se dejen dividir en el espíritu de la superación de la Guerra Fría, sino que, por el contrario, se acerquen mutuamente con visión de futuro y de  reencuentro.

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  1. Federico Máximo Kralj

    Importante mensaje del Embajador Ulrich Sante al señalar que en este contexto, América Latina y Europa tienen una obligación especial, no sólo por sus fuertes lazos históricos, sino también por sus oportunidades.
    Hoy, las condiciones geopolíticas no podrían ofrecer una mejor oportunidad para dar un nuevo impulso a las relaciones y al espíritu de innovación.
    Y señala los 6 ámbitos que reflejan esta oportunidad:
    – La cooperación económica.
    – Las relaciones comerciales.
    – La protección del clima y la sostenibilidad.
    – La cooperación política y la estabilidad.
    – El intercambio cultural y científico.
    – La importancia geopolítica de una cooperación más estrecha.

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