Buenos Aires / Fráncfort – Puentes en mal estado, carreteras que necesitan una renovación, lagunas en la red inalámbrica: Alemania requiere inversiones en mantenimiento de infraestructura por unos EUR 400.000 millones (US$ 430.000 millones), según un estudio del economista Lars Feld.
La estimación dada a conocer el juéves en Fráncfort se refiere sólo al gasto necesario en los próximos años para autopistas, ferrocarriles e infraestructuras energéticas. Incluso es probable que las necesidades totales sean aún mayores porque las inversiones en infraestructuras en Alemania no se registran sistemáticamente.
“Las infraestructuras alemanas viven casi exclusivamente de su sustancia”, afirmó Feld, profesor de la Universidad de Freiburg y asesor del ministro de Finanzas, Christian Lindner, al comentar el estudio encargado por el proveedor de fondos de inversión Union Investment. “La inversión estatal no ha sido suficiente para garantizar la existencia del sector durante mucho tiempo”, agregó.
Los retos: ferrocarriles, transición energética, autopistas
Hans Joachim Reinke, CEO de Union Investment, subrayó que una infraestructura que funcione es la base de una economía en crecimiento y de la prosperidad en Alemania.
Basándose en información del Ministerio Federal de Transportes, el estudio estima que las necesidades de inversión sólo en infraestructuras viarias federales (autopistas y carreteras nacionales) ascenderán a más de EUR 57.000 millones entre 2025 y 2028. Para los ferrocarriles, se necesitarían EUR 63.000 millones en el mismo periodo.
En cuanto a las infraestructuras energéticas, las necesidades de inversión a largo plazo en instalaciones terrestres y marítimas en el marco de la transición energética se estiman en EUR 270.000 millones.
Al mismo tiempo, Alemania tiene que ponerse al día: en 2022, el coeficiente de inversión del Gobierno federal, los estados federados y los municipios ascendía en conjunto al 2,6 % del producto interior bruto (PIB) real. Esto sitúa a Alemania alrededor de un punto porcentual por debajo de la media de los países de la OCDE.
Una solución es implicar a los inversores privados, según Feld, por ejemplo a través de fondos de infraestructuras. En Alemania existen empresas de infraestructuras privadas participadas por el Estado, como Autobahn GmbH para las autopistas. “Si se dota a estas empresas de ciertas competencias, como ingresos propios o capacidad crediticia, podrían crearse modelos de negocio atractivos que se prestarían como objetos de inversión para los fondos correspondientes“, afirmó Feld.
(AT / dpa)
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