Buenos Aires (AT) – El 11 de diciembre de cada año, las dos cámaras del parlamento suizo eligen al presidente para el siguiente año calendario. Este año, el miembro del Consejo Federal que asumirá la presidencia será Karin Keller-Sutter. Keller-Sutter es la consejera encargada del Departamento Federal de Finanzas desde 2023 y ocupará el cargo hasta el 31 de diciembre de 2025.
Este proceso electoral, que carece de los conflictos presentes en otros países, forma parte de un sistema bien organizado que permite que la política en Suiza funcione con una estructura estable y predecible.
¿Quién es Karin Keller-Sutter?
Karin Keller-Sutter, de 61 años, es una figura destacada en la política suiza. Nació en St. Gallen y pertenece al Partido Liberal Radical (PLR). Antes de asumir su actual cargo en el Departamento de Finanzas, fue la encargada del Departamento Federal de Justicia y Policía desde su elección al Consejo Federal en 2019. A lo largo de su carrera, demostró un enfoque pragmático y ordenado hacia la gestión pública, lo que la llevó a ser considerada para el cargo de presidenta.
Keller-Sutter desempeñó un papel fundamental en la política suiza, especialmente en lo que respecta a las finanzas y la justicia. Su experiencia en estos ámbitos la colocó en una posición de liderazgo dentro del Consejo Federal, y su elección para el cargo de presidenta en 2025 es el resultado de una trayectoria consolidada en el gobierno suizo. En 2023, asumió la presidencia del Departamento Federal de Finanzas, una de las posiciones más influyentes del gobierno, y continuará con sus funciones durante su mandato presidencial.
El rol de la presidencia en Suiza
El sistema político suizo es distinto al de muchas otras naciones. La presidencia no está vinculada al poder ejecutivo de forma directa. En lugar de tener un presidente con un poder considerable, Suiza tiene un sistema colegiado en el que el Consejo Federal actúa como la cabeza del Estado. Cada año, uno de los siete miembros del Consejo Federal es elegido para presidir las reuniones del mismo. Sin embargo, este cargo no le otorga más autoridad que la que tiene cualquier otro miembro del Consejo. El presidente de Suiza no tiene el mismo poder que los presidentes en otros países, ya que su papel es principalmente ceremonial y administrativo.
El proceso de elección es sencillo y funciona sin mayores contratiempos. El presidente se elige con base en una rotación establecida previamente. Esto significa que si un miembro del Consejo Federal está en línea para ser presidente en un año determinado, su elección es casi una formalidad. La rotación garantiza que todos los miembros del Consejo tengan la oportunidad de ejercer el cargo durante un año, sin que nadie se quede demasiado tiempo en el puesto. Este sistema ha estado en vigor desde que el primer presidente suizo asumió el cargo en 1848. Desde entonces, el modelo funcionó de forma estable y no ha requerido cambios.
¿Qué hace un presidente suizo?
Aunque el presidente suizo ocupa un puesto destacado, sus atribuciones son limitadas. El presidente no es el jefe de Estado ni tiene el poder de tomar decisiones importantes de forma independiente. En su lugar, el Consejo Federal se encarga de las principales decisiones políticas del país. El presidente, por lo tanto, se limita a representar al país en el ámbito internacional y presidir las reuniones del Consejo Federal. Además, en caso de disputas dentro del Consejo, el presidente actúa como mediador, pero no tiene autoridad para imponer decisiones.
En situaciones urgentes, el presidente puede tomar medidas preventivas para garantizar el buen funcionamiento del gobierno. Sin embargo, estas decisiones son excepcionales y no representan una ampliación del poder del presidente en comparación con los otros miembros del Consejo. Si el Consejo Federal no puede reunirse de forma ordinaria o extraordinaria, el presidente tiene la capacidad de tomar decisiones unilaterales, pero este es el único poder real que ejerce en su cargo. En términos generales, el presidente de Suiza es más un coordinador y representante que un líder con poder ejecutivo.
La rotación anual de la presidencia
Una de las características más notables del sistema suizo es la rotación anual de la presidencia. Este proceso asegura que el poder no se concentre en una sola persona durante un período prolongado. Cada uno de los siete miembros del Consejo Federal tiene la oportunidad de ser presidente por un año, y el cargo se reparte de manera que ningún miembro acumule demasiado poder. Este sistema existe desde que Jonas Furrer, el primer presidente suizo, ocupó el cargo en 1848.
La rotación de la presidencia no solo evita que una sola persona tenga demasiado poder, sino que también permite que todos los miembros del Consejo estén involucrados de manera equitativa en la toma de decisiones. Este modelo evita que un presidente se convierta en una figura central del poder y asegura que el gobierno funcione de manera más democrática y representativa.
La rotación de la presidencia se lleva a cabo de forma ordenada y predecible. Desde el momento en que un miembro del Consejo Federal asume la presidencia, se sabe que esta rotación se llevará a cabo nuevamente el siguiente año, garantizando que todos los miembros del Consejo tengan la oportunidad de ejercer el cargo. Este sistema también impide que un presidente se convierta en una figura autoritaria, ya que la rotación asegura que cada miembro tenga un rol igualitario en el gobierno. El cargo de presidente en Suiza, por lo tanto, no es una posición que se asocie con el poder político, sino con el servicio público dentro de una estructura organizativa.
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