Buenos Aires (AT) – En el mundo de la ingeniería y la innovación automotriz, Wan Gang es una figura destacada, un genio que transformó para siempre la industria. Nacido el 1 de febrero de 1952 en Shanghai, China, se hizo famoso mundialmente por su papel pionero en el desarrollo de tecnologías automotrices avanzadas. Sin embargo, su conexión crucial con el gigante automotriz alemán, Audi, fue un elemento fundamental en su éxito y en la revolución que llevaría a cabo.
Gang es un ingeniero mecánico que completó su maestría y doctorado en ingeniería automotriz en la Universidad Técnica de Clausthal. Su experiencia académica y práctica en el campo automotriz en Alemania, un país conocido por su excelencia en ingeniería automotriz, le proporcionó una base sólida para su futura carrera.
El vínculo entre Wan Gang y Audi se estableció en la década de 1980, cuando trabajó como investigador en la Universidad, según consigna del medio FAZ en un reciente perfil del Gang. Durante ese tiempo, Audi estaba a la vanguardia de la investigación y desarrollo automotriz, y Wan Gang tuvo la oportunidad de colaborar estrechamente con la empresa. De hecho, su asociación marcó el inicio de una relación fructífera que cambiaría el curso de la industria automotriz en China.
La contribución de Wan Gang a Audi
Desde sus primeros días en Audi, el ingeniero chino se destacó por su mirada sobre la sostenibilidad y las tecnologías limpias. Desempeñó un papel clave en la investigación y desarrollo de autos eléctricos y tecnologías de propulsión alternativa. Esto llevó en el medio plazo a que Audi liderara la llamada revolución verde en la industria automotriz.
En 2007, Wan Gang regresó a China y asumió un papel crucial como Ministro de Ciencia y Tecnología. Fue el primer ministro de ciencia del país sin afiliación al Partido Comunista. El retorno a China no solo trajo consigo conocimientos técnicos avanzados, sino también una mentalidad internacional.
Al fomentar la colaboración entre ingenieros chinos y alemanes, Wan Gang promovió una cultura de intercambio de conocimientos y experiencias. Y esto sin dudas aceleró el desarrollo tecnológico en el país asiático. Según recuerda el New York Times, Wan se convirtió en el primer ministro en 30 años que no era miembro del Partido Comunista. Para ello, poco antes, se había afiliado a uno de los partidos intelectuales de su país. Poco después se convirtió en su presidente. Wan logró así distanciarse del aparato del Partido Comunista dentro del sistema. En su perfil, el FAZ cita a amigos del ingeniero que recuerdan que Wan lograba de esta forma marcar la señal ante el régimen de que para cambiar la industria defendía una cierta diversidad de opiniones. Es por ello que su nombramiento a Ministro es considerado hasta el día de hoy como un paso importante en el desarrollo democrático de China.
Pero Wan Gang no solo es conocido por sus logros en la industria. También se destaca por su dedicación a la educación y la investigación. Desempeñó, por ejemplo, un rol activo en la formación de la próxima generación de ingenieros automotrices en China. Estableció programas educativos y centros de investigación que todavía funcionan y llevaron al país asiático al liderazgo tecnológico.
La relación con Alemania
Wan sigue manteniendo estrechos vínculos con Alemania. Un colaborador suyo concede sin embargo una cierta decepción con su país de formación por lo que entiende como una actitud “desdeñosa” hacia China. No obstante, Wan estaría orgulloso de su contribución a las relaciones germano-chinas, comenta el artículo del FAZ. Por iniciativa suya, los chinos organizaron su propio foro en el reciente Salón del Automóvil IAA de Múnich. Por su parte, la industria alemana, que también conoce de su época en el consejo de supervisión de Thyssen-Krupp, sigue cortejándole. En junio, Deutz le concedió un premio a la innovación. Hace dos años, dio una conferencia en un congreso automovilístico en Zwickau, en la que explicó la razón del auge de los coches eléctricos chinos.
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