Buenos Aires / Berlín – Se incrementa el coro de voces que alertan por el rumbo de la economía alemana. A las alertas se sumó ahora la Asociación Alemana de Cámaras de Comercio e Industria (DIHK). Peter Adrian, el presidente de la entidad que representa a más de 50.000 empresas y compañías, declaró que “la pérdida de confianza del empresariado en la coalición que gobierna en Alemania es enorme”.
Hace unos días, el presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Siegfried Russwurm, había comentado al diario Süddeutsche Zeitung en referencia a la política del Gobierno encabezado por Olaf Scholz: “Fueron dos años perdidos, aunque parte del rumbo ya se había equivocado en el período anterior”. Russwurm añadió que en la Cancillería se subestima claramente la gravedad de la situación.
Por su parte, Marie-Christine Ostermann, presidenta de la Asociación de Empresas Familiares, indicó a dpa que se necesita un gran impulso para estimular el crecimiento, destacando que no solo el ministro de Economía, Robert Habeck (Los Verdes), tiene parte de la responsabilidad, sino también Scholz.
Un problema estructural
Adrian reconoció también en diálogo con la agencia dpa que la situación económica mundial es difícil. “Pero nuestro mayor problema estructural reside en nuestro propio país y en los requisitos cada vez menos prácticos en el ámbito de la Unión Europea: la lenta digitalización, la excesiva burocracia, los elevados costes energéticos y los largos procedimientos de aprobación no solo están lastrando el ritmo de la innovación en este país, sino también el ánimo de las empresas”.
Según Adrian, existe un claro desfase entre el “ritmo para acelerar a Alemania” que invoca a menudo el canciller y la realidad que viven las empresas en su día a día. “En esta situación, necesitamos urgentemente mejoras claras de las condiciones económicas para que la economía alemana pueda volver a una trayectoria de crecimiento lo antes posible. Y eso empieza por reconocer la realidad”, sostuvo. “El canciller y su gabinete deben demostrar a las empresas que han comprendido la situación en la que se encuentra la economía y poner en marcha de una vez el turbo de la aceleración”, agregó.
“La situación es muy grave”
Ostermann, la representante de las empresas familiares, añadió: “La situación es muy grave. Cada día se toman decisiones de localización contra Alemania y contra Europa”. La empresaria agregó que solo el 25 por ciento de las compañías familiares con actividad internacional sigue dispuesta a invertir en Alemania porque las condiciones locales son demasiado malas.
“Si la economía apenas crece, nos faltará dinero para mejorar significativamente las condiciones de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas), seguir prestando un apoyo masivo a Ucrania, paliar la escasez de viviendas en Alemania, integrar adecuadamente a los refugiados y reestructurar nuestro país de forma respetuosa con el clima”, enumeró Ostermann.
(AT / dpa)
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