Buenos Aires (AT) – El Rotary Club de Buenos Aires realizó su tradicional reunión del miércoles en el salón principal del Hotel Libertador, en pleno centro de la ciudad. El frío otoñal de Buenos Aires contrastó con el ambiente cálido de camaradería que se vivió durante el almuerzo, en el que participaron destacados referentes del cuerpo diplomático, la comunidad alemana en Argentina y el empresariado local.
Jorge González Zuelgaray, presidente del Rotary Club, fue el encargado de dar la bienvenida a los mas de cien concurrentes y abrir la reunión con un mensaje centrado en los valores del club: servicio, amistad y compromiso con el país.
Diploma de honor para el embajador de Japón
Uno de los momentos destacados del encuentro fue la entrega del diploma de socio honorario al embajador de Japón, Hiroshi Yamauchi. El diplomático agradeció el reconocimiento con palabras sentidas y destacó los lazos de cooperación entre Argentina y Japón, así como la importancia del Rotary como puente entre culturas.
Solidaridad concreta: dos desfibriladores, dos destinos
Durante la reunión, se concretó una acción solidaria significativa: gracias a la colaboración de Lindal Argentina y del Rotary Club, se donaron dos desfibriladores externos automáticos. Federico Carenzo, presidente de Lindal y vicepresidente del Rotary, fue el encargado de realizar la entrega.
Uno de los equipos fue destinado al Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. José Penna” de Bahía Blanca y recibido por la médica pediatra Eugenia Day. El otro fue entregado a la Sociedad Alemana de Beneficencia (DWG), representada por la escribana Verónica Kirschmann y Federico Leonhardt. Ambos gestos fueron celebrados con aplausos cerrados por los asistentes.

Dieter Lamlé y los 200 años de amistad germano-argentina
A continuación, Federico Carenzo presentó al embajador de Alemania en la Argentina y socio del Rotary Club de Buenos Aires, Dieter Lamlé, quien tomó la palabra para brindar un discurso tan informativo como emotivo, con motivo de la celebración de los 200 años de inmigración alemana en el país.
“Era un sueño ser embajador en Buenos Aires, pero hablar sobre los 200 años de amistad en el Rotary de esta ciudad lo hace todavía más especial”, comenzó Lamlé. Su intervención trazó un recorrido histórico desde los primeros inmigrantes alemanes que llegaron al país buscando una vida mejor, hasta la consolidación de instituciones y comunidades que hoy siguen activas.
“A nadie le gusta ser inmigrante, pero Argentina ofreció libertad, tierra y oportunidades”, explicó. Recordó cómo las políticas migratorias del siglo XIX, consolidadas en la Constitución de 1853, facilitaron el arraigo de miles de familias europeas, y destacó el impacto de esa ola migratoria en la construcción económica, cultural y social del país.

Una comunidad activa, diversa y agradecida
El embajador repasó la creación de escuelas, asociaciones y colonias como Villa General Belgrano o La Cumbrecita, e hizo especial mención al rol del Colegio Pestalozzi y del diario Argentinisches Tageblatt durante el nazismo como espacios de resistencia. “Hubo también oposición a los nacionalsocialistas. No todo fue oscuridad.”
Con orgullo, Lamlé subrayó que hoy existen 30 escuelas alemanas, 142 asociaciones y más de 300 empresas alemanas o con “toque alemán” en la Argentina. “Queremos homenajear a los descendientes de esos inmigrantes y, sobre todo, agradecer a Argentina por abrirnos las puertas cuando más lo necesitábamos.”
El discurso cerró con un mensaje claro: “Alemanes y argentinos construimos juntos una nueva era”.

Una tarde para recordar
La reunión concluyó entre charlas amenas, intercambio de tarjetas y nuevos proyectos en génesis. Fue un encuentro donde se mezclaron la historia compartida, la diplomacia activa y el compromiso social. Buenos Aires, una vez más, abrió sus puertas al diálogo, la cooperación y la memoria. El Rotary Club fue, como tantas veces, escenario de ese encuentro.
Con la colaboración de Carolina Iglesias, Directora de Relaciones Institucionales de Argentinisches Tageblatt
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