Buenos Aires (AT) – Hace cien años, nadar en el canal del Spree quedó prohibido por su contaminación. Ahora, un grupo organiza protestas para recuperar ese espacio público. El distrito de Mitte, en Berlín, evalúa permitirlo en 2026. Se busca transformar parte del canal en un lugar de encuentro y recreación urbana, inspirándose en iniciativas como la del Sena en París.
En mayo de 1925, Berlín cerró bañaderas públicas en el canal del Spree debido a que el agua estaba tan contaminada que provocaba enfermedades. Esas instalaciones eran clave para sectores sin baño propio, especialmente personas de bajos recursos.
Un siglo después, el agua muestra mejoras. Según Berliner Wasserbetriebe, la mayoría de los 39 sitios de baño oficiales presentan calidad para nadar entre mayo y septiembre. Solo empeora tras lluvias intensas por desbordes de cloacas.
El grupo Fluss Bad Berlin (River Pool Berlin) utiliza tecnología de pronóstico para medir la calidad del agua en tiempo real y desde 2019 informa a la población mediante una web que indica cuándo el agua está limpia. En su último análisis, el canal junto a la Isla de los Museos marcó “excelente” antes de una competencia pública de natación.
Este circuito de 1,9 kilómetros recorrería un tramo sin barcos. Se prevé instalar plataformas, escaleras y dispositivos para filtros ecológicos, incluidos vegetación acuática, moluscos y grava.
La protesta que desafía al veto histórico

El 17 de junio de 2025, casi 200 personas ingresaron al canal en el barrio de Mitte en un acto que se presentó como protesta para evitar infracciones. Jan Edler, miembro de Fluss Bad Berlin, declaró que el canal ya reúne condiciones para renovar su función recreativa.
Este grupo ciudadano nació en 2012 y desde 2014 recibe apoyo institucional. En 2017 fue declarado “Proyecto Nacional de Desarrollo Urbano”. Además, en 2024 se realizó una muestra de arte para recaudar fondos destinados a controlar la calidad del agua.
El objetivo principal es dotar de escaleras y plataformas al canal para recuperar un espacio natural en el centro urbano. Se vincula también el derecho ambiental urbano con la justicia social y el alivio de las olas de calor. Berlín, con 3,9 millones de habitantes, presenta saturación en sus piletas públicas durante el verano.
Inspiración mundial y decisiones localizadas

Proyectos similares en ciudades como París, Viena, Basilea y Ámsterdam muestran que los ríos urbanos pueden recuperarse para uso recreativo. En París, la natación en el Sena se habilitó para los Juegos Olímpicos de 2024 y seguirá abierta este verano. En Viena se permite nadar en canales del Danubio, en Basilea en el Rin y en Ámsterdam en canales designados.
La experiencia parisina exigió inversiones por alrededor de EUR 1.400 millones para limpiar el Sena. Berlín presupuestó medidas más modestas, apostando por filtros pasivos, monitoreo continuo y prueba piloto antes de construir infraestructura mayor.
El concejal de Mitte, Ephraim Gothe, cree posible habilitar la natación hacia 2026. Reconoce que faltan definiciones legales, equipamiento, vigilancia y criterios de higiene. El canal Spree está catalogado como vía marítima federal, pero las autoridades afirman que esto no impide actividades recreativas.
Desafíos pendientes y futuro del proyecto

Para habilitar el canal, hay dos puntos clave: seguridad y ritual urbano. Se deben delimitar tramos sin tráfico de barcos. Fluss Bad Berlin propone 1,9 kilómetros libres de embarcaciones, eliminando riesgos.
También es necesario construir infraestructura de acceso: escaleras al agua, pontones y puntos de vigilancia. Esto exige autorización sobre zonas protegidas por patrimonio arquitectónico.
Otro desafío técnico es mejorar la calidad del agua ante lluvias, que generan acumulación bacteriana. Se utiliza un sistema de pronóstico que alerta diariamente. A diferencia de los métodos oficiales, que analizan muestras cada 14 días, este modelo permite una vigilancia más ágil.
En estudios recientes en otros canales de Berlín se encontraron niveles bacterianos superiores a los permitidos para baño, junto con presencia de plomo y turbidez elevada. Esto indica la necesidad de tratamiento previo para habilitar el baño público permanente, aunque para el tramo piloto se realizarán controles semanales.
(AT/LA TIMES)
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