Buenos Aires (AT) – Con la presencia de destacados miembros de las comunidades de los países germano-parlantes, judías, este miércoles se realizó un acto de homenaje a las víctimas del del nacionalsocialismo en el club alemán de Rosario. No fue un acto más, ni un momento cualquiera para hacerlo. La iniciativa consistió en la instalación de una placa conmemoratoria de quienes sufrieron del terror del Tercer Reich. La placa está ubicada debajo de un cuadro que muestra símbolos nazis y está firmado por los socios en oportunidad de celebrarse, en 1935, los 50 años de la creación del club.
“Es tan importante recordar y reconocer la propia historia, ubicándola en el contexto adecuado para situar en su justo lugar los acontecimientos que la fueron jalonando y marcando, aún aquellos que, en un contexto absolutamente diferente, pueden interpretarse de manera errónea y sesgada”, recordó Ricardo Hirsch, antiguo presidente y miembro de la comisión directiva del Colegio Pestalozzi.
“La cruz gamada, nefasto símbolo de una Alemania siniestra y dominada por una camarilla de asesinos, formó, durante esos años, parte de la bandera nacional alemana. Y, como bandera nacional, representó a todos los alemanes, tanto a los simpatizantes del nacionalsocialismo como también a aquellos que lo rechazaban y de ninguna manera comulgaban con él”, expreso Hirsch.
No ocultar el pasado
Hirsch calificó la decisión de la comisión directiva del club rosarino como: “un valiente gesto que ayuda a no ocultar vergonzosamente el pasado, mostrándolo a la luz del sol y abriendo las puertas para la reflexión, la elaboración y la comprensión de un pasado que nunca jamás deberá repetirse.”
En igual sentido Federico Luchtenberg, presidente del Club Aleman de Rosario y Vicepresidente de la Federación de Asociaciones Argentino Germanas (FAAG) agradeció a los socios del club y a todos los miembros de la comunidad alemana de Rosario por no esconder estos temas y ponerlos sobre la mesa, a pesar de que puedan resultar incómodos para muchos. “Quiero destacar la participación de comunidades y minorías perseguidas por el nazismo en este acto. Muchas gracias a todos por su invalorable apoyo y sugerencias para pensarlo”, agradeció Luchtenberg.
“Los firmantes del cuadro no han adherido necesariamente al “nacionalsocialismo”. El cuadro contiene las firmas de los asistentes a los festejos por el 50° Aniversario del club, en 1935, y en ese momento la bandera alemana, era la bandera del partido nazi.”, explica Luchtenberg.
Un cuadro como un “Stolperstein”
“Este es un “acto institucional”, pero que nos moviliza como individuos. No es lo mismo que el cuadro contenga las firmas de mi abuelo y bisabuelo, a que no las tenga. Acá estamos tres generaciones posteriores a ellos, frente al cuadro, mi padre Guillermo, y uno de mis hijos, Martín”, concluyó muy emocionado el dirigente e invitó a la socia más longeva presente, Marta Prucklmair, y al más joven, Martín Luchtenberg, a descubrir el cuadro y la placa.
No hacerle lugar al silencio
“Algunos socios me plantean que hay muchos otros temas de agenda alemana para el club. Y es cierto. Pero nosotros comenzamos a involucrarnos con estos temas luego de haber existido un conflicto entre socios por esta cuestión, y lo primero que hicimos fue abrir las puertas del club, ir a los actos de la comunidad judía y polaca. Lanzamos desde aquí el proyecto de la FAAG “Construyamos Sociedades más Tolerantes”, con una muestra de Stolpersteine”, recordó el presidente.
“Que lugar más oportuno para este acto que un club social donde se promueve la cultura alemana, que no es solo “bailes típicos, cerveza y chucrut”, también es historia y valores. El “cuadro” es la excusa, que nos interpela para hablar sobre estos temas en nuestras familias, entre nosotros y con la comunidad rosarina. El “silencio” sólo conspira para dejar abierta la puerta para que estas cosas sucedan nuevamente. Y este tema hoy tiene más actualidad que nunca en nuestro país, a estar atentos”, dijo Luchtenberg cerrando el acto. Cabe recordar que el acto se realizó a pocos días de las fiestas de Rosh Hashaná y Iom Kipur, en la semana y ante una noticia que dio la vuelta al mundo.
Horas antes de que comenzara el acto en Rosario, en la ciudad de Buenos Aires la Policía Federal había allanado la distribuidora e imprenta de libros nazi y antisemitas más grande del país llamada, tristemente, “Librería Argentina”. El operativo se realizó luego de una denuncia que realizara la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
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