Buenos Aires / Berlín – Las perspectivas de la economía alemana mejoran lentamente. La recesión estaría -por ahora- quedando atrás. Así lo indican el reciente informe del Instituto de Macroeconomía e Investigación del Ciclo Económico (IMK) de la Fundación Hans Böckler, una entidad cercana a los sindicatos alemanes.
La probabilidad de que la economía más grande de Europa entre en recesión en los próximos tres meses descendió notablemente en las últimas semanas, señalaron los expertos en el informe dado a conocer en Düsseldorf. Para el segundo trimestre (abril a junio), el indicador económico del IMK muestra una probabilidad de recesión del 48,7 %. A principios de marzo, se mantenía en el 58,3 % para los tres meses siguientes. El indicador tiene en cuenta los últimos datos disponibles sobre los índices económicos más importantes.
El descenso del riesgo de recesión es tan fuerte que el instrumento de alerta temprana, que funciona según el sistema del semáforo, ya no muestra “rojo” por primera vez desde junio de 2023, según los investigadores. “En su lugar, ha cambiado a ámbar-rojo, lo que indica un aumento de la incertidumbre económica, pero ya no un riesgo agudo de recesión”, comentan. Los expertos destacan que el descenso se debe a la recuperación productiva en el sector manufacturero y que los precios de la energía se han estabilizado. Por otra parte, el crecimiento de las exportaciones también favorecería una mayor recuperación de la producción industrial. Un impulso adicional representa la mejora de la confianza y de los indicadores de los mercados financieros.
La cadena de suministros se normaliza
El renovado impulso de la economía alemana se basa también en la normalización que muestra la cadena de suministros. Según datos del Leibnitz Institut für Wirtschaftsforschung (Ifo) que funciona en la Universidad de Múnich, señalaron que la industria alemana apenas sufre de escasez de materiales. Según la última encuesta empresarial que realiza el instituto, el 10,2 % de las compañías declaró sufrir cuellos de botella en el suministro en marzo. En febrero, la cifra había sido del 14,6 %. “El suministro de materias primas y productos preliminares mejoró notablemente en los últimos tiempos”, comentó Klaus Wohlrabe, experto del Ifo. La escasez de materiales se agudizó durante el primer cierre por coronavirus en la primavera europea de 2020, cuando numerosas fábricas de todo el mundo se paralizaron. La industria alemana tuvo los mayores problemas en diciembre de 2021, cuando el 81,9 % de las empresas informaron de dificultades en las entregas. El instituto Ifo realiza encuestas mensuales a empresas como parte de sus estudios económicos.
Las empresas alemanas, cautelosas
A pesar de los buenos indicadores, las empresas germanas descartan una recuperación general para 2024, según una encuesta del Instituto de la Economía Alemana (IW). El estudio de IW, cercano a los empresarios, revela que el 37 % de las empresas espera un descenso de la producción este año, mientras que solo el 23 % prevé un aumento. Una proyección similar deja el mercado laboral, en la encuesta de la entidad con sede en Colonia. El 23 % de las empresas encuestadas espera que el empleo aumente. El dato incluye una mejor de dos puntos porcentuales, contra la última edición. No obstante, el 35 % de las firmas prevé un descenso.
El desafío de las pymes
La situación es particularmente desafiante para el sector de las pequeñas y medianas empresas (pymes). La asociación de empresas del sector habló de un ambiente de resaca en los tres primeros meses del año. Según la asociación, el 45 % de las empresas espera que el volumen de negocios disminuya en los próximos meses, mientras que alrededor de un 16 % espera que el negocio mejore. Entre los principales lastres para la actividad, la fiscalización y los impuestos son los factores más mencionados: un 84 % de los encuestados exige modernizar la legislación fiscal y un 59 %, reducir la carga impositiva. De la encuesta participaron 56 asociaciones empresariales con unas 42.000 compañías afiliadas de un total de 17 sectores. Entre ellos, cocinas y muebles, electrónica de consumo, calzado y textil, construcción y alimentación y bebidas.
(AT / dpa)
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