Buenos Aires (AT) – María Gabriela Malagraba empezó su carrera profesional como diseñadora de imagen y sonido en Argentina. Pero encontró su pasión en el vino después de mudarse a Berlín en 2019 con su esposo. A pesar de su extensa experiencia laboral en su país natal, el vino la había fascinado desde joven. Su conexión con los aromas y su capacidad para relacionarlos con experiencias y recuerdos la llevó a apreciar el vino como un puente entre lo aromático y el placer de deleitarse como esa ancestral y noble bebida.
María Gabriela decidió dedicarse más profundamente al mundo del vino y comenzó su formación profesional en 2010 con un curso introductorio. En 2017 y 2018, estudió cata profesional en la Escuela Argentina de Vinos, lo que le permitió realizar viajes de estudios por bodegas en Argentina. Desde 2018, es socia adherente de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS). Durante la pandemia, la AAS ofreció seminarios online con expertos del mundo del vino, lo que ayudó a María Gabriela a sobrellevar la adaptación a su nueva vida en Berlín.
La mudanza a Alemania implicó dejar un trabajo seguro y bien remunerado en Argentina, pero ella tenía claro su objetivo: construir una carrera en el extranjero centrada en el vino, destacando especialmente el vino argentino. Comenzó por asociarse con un amigo para crear una tienda de vinos que vendía productos de importadores en Alemania. Se centraron en la descripción detallada y la coherencia de las traducciones en tres idiomas.
Aterrizar a Berlín
Además de la venta por Internet, María Gabriela disfrutaba del contacto con la gente y comenzó a ofrecer degustaciones privadas de vinos argentinos, chilenos y uruguayos. En un principio, las realizó en inglés y español, y con el tiempo ganó confianza en alemán. Este enfoque en la educación y la narración de historias detrás de cada botella se convirtió en una parte fundamental de su pasión por el vino.
En 2022, después de aprobar el examen de nivel B2 de alemán, María Gabriela comenzó a trabajar en una pequeña tienda de vinos en Berlín, lo que le brindó un contacto más cercano con los clientes y una comprensión más profunda de sus gustos y preferencias.
Desde mayo de 2023, trabaja en la sección de vinos y champán de la tienda de compras más lujosa e internacional de Berlín, lo que le brinda la oportunidad de expandir aún más su conocimiento y experiencia en el mundo del vino.
Argentinisches Tageblatt conversó con la sommelier para saber qué opinan los paladares alemanes sobre las uvas argentinas y por qué el mercado tiene gusto a más.
Gabriela, ¿qué opinión hay en Alemania sobre el Malbec?
En líneas generales, los alemanes son muy respetuosos de sus propios productos. Un país que podría caber casi ocho veces dentro del territorio argentino, cuenta con trece regiones vitivinícolas, muchas de las cuáles producen únicamente cepas blancas, y dentro de las cuales el Riesling es la estrella. Es decir, de las más de 100.000 hectáreas plantadas en Alemania, dos tercios pertenecen a uvas blancas. El primer escollo, por llamarlo de algún modo, es que hablamos de un público que consume muchos vinos blancos. Y sólo por agregar un dato de color, dentro de los vinos blancos existe una fuerte clasificación de calidades y de niveles de azúcar de los vinos. Es decir, muchos clientes, a la hora de comprar, buscan vinos que no sean totalmente secos. Cuando hablamos de vinos tintos en la producción local, aparece un nuevo traspié o, de algún modo, algo que se contrapone a las características del Malbec, y es que la principal cepa tinta de Alemania es el Pinot Noir (“Spätburgunder”). Una cepa que está bastante en las antípodas de lo que puede ser un Malbec. El Pinot Noir es una cepa delicada, mucho más adaptable a regiones frías, que ofrece vinos muy livianos en cuanto a color y cuerpo, con bajo nivel de taninos, y con notas frutales pero también especiadas, como notas de hongos, o notas terrosas. En la fabricación de vinos alemanes, no es tan común para esta cepa la crianza en barricas, como sí lo es para el Malbec argentino. Creo que es importante conocer este contexto para saber de dónde tiene que partir el Malbec a la hora de empezar a gustar. Nuestro vino es un vino con mucho carácter y cuerpo, que mayormente es fermentado y/o criado en barricas.
¿Cuáles son las bodegas argentinas que más se consumen en Alemania? ¿Cuáles tienen mayor repercusión y se valoran más?
Bueno, sin dudas la bodega más conocida aquí es Catena Zapata, bodega pionera en la fabricación de un Malbec que pueda competir con vinos del mercado internacional. Es innegable el trabajo que ha hecho esta bodega a lo largo de los años en cuanto a la difusión del Malbec en el mundo. Aquí se consumen tanto sus vinos de alta gama, como sus vinos de gamas de entrada, como la línea Álamos, los cuales también tienen muy buena aceptación. También hay excelentes vinos de Bodegas muy renombradas y clásicas como Zuccardi, Luigi Bosca, Rutini, Kaiken, Achaval Ferrer o Colomé (por sólo mencionar algunas) y de bodegas de producción menos masiva como Noemia, Cicchitti, Domingo Molina, Finca Las Nubes, Gimenez Riili, Marcelo Mirás, Familia Blanco o Hacienda del Plata, entre otras. Como verás, contamos con una gran oferta de vinos argentinos en Alemania y, independientemente de la gama de precios, hay siempre un vino de calidad esperando para ser disfrutado. Siendo los alemanes grandes consumidores de vino blanco, no podemos dejar de mencionar la gran aceptación que tiene el Torrontés argentino. Una uva típica argentina, muy aromática y fácil de beber, que es muy bien recibida por aquellos que sólo beben vinos de cepas blancas.
¿Ves que el mercado alemán es receptivo a los vinos argentinos?
Mirá, cuando nos asociamos con mi amigo para llevar adelante este shop online, nuestro objetivo siempre fue el posicionamiento en el mercado alemán de los vinos de Sudamérica. Ahí conocimos al primer perfil de cliente, que es el que compra mayormente online, y al cual, a menos que lo pida a través de una consulta, no es posible brindarle un asesoramiento personalizado. Este tipo de cliente podría decirse que es un cliente curioso, e interesado específicamente en estos vinos, ya que encuentra el shop a través de Google cuando hace búsquedas relacionadas con el Malbec, vinos de Sudamérica, vinos argentinos, etc. Lo mismo sucede con los clientes de las degustaciones privadas: son personas abiertas a nuevas experiencias, y desde el primer momento tienen claro que los vinos que forman parte de la cata son vinos argentinos. Cuando empecé a trabajar en el local de vinos, también empecé a tener contacto directo con las personas, y me di cuenta de que no era tan fácil venderles un vino argentino.
¿Por qué?
Básicamente porque ellos entraban a un local de vinos, con una enorme oferta de vinos alemanes, franceses, italianos y españoles, y creo que para muchos incluso era una sorpresa encontrarse con vinos que habían cruzado el océano. Por supuesto, eso era gracias a que el dueño había decidido incorporar estos vinos a sus estanterías. Es decir, él también había pensado en un cliente con cierta curiosidad. Pero si el cliente no entraba con esa idea en la cabeza, muchas veces se quedaba con aquello que había pensado en comprar. En la mayoría de los casos, se muestran abiertos a elegirlos, y cuando vuelven la vez siguiente se muestran satisfechos con la experiencia. Creo que existe un enorme potencial para que el vino argentino pueda seguir desarrollándose y continuar satisfaciendo los paladares del público alemán.
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