Buenos Aires (AT) – Werner Herzog ha estado interesado en la verdad mucho antes de que la inteligencia artificial y sus efectos sobre la sociedad se convirtieran en un tema de discusión. Su película Fitzcarraldo (1982), filmada en la selva peruana, es un ejemplo de cómo los límites entre la realidad y la imaginación pueden desdibujarse. En ella, un vapor es arrastrado por encima de una montaña y un hombre sueña con montar una ópera en medio de la selva.
La Verdad como un Esfuerzo Perpetuo en la obra de Werner Herzog
Para Herzog, la verdad no es una medida fija, sino un esfuerzo constante por reconocer el núcleo de las cosas. En su opinión, siempre ha habido engaño y manipulación: desde los antiguos egipcios hasta los padres fundadores de Roma y el tirano Nerón, pasando por las proverbiales aldeas Potemkin de la Rusia del siglo XVIII.
En su último ensayo Die Zukunft der Wahrheit (El futuro de la verdad), Herzog admite haber tergiversado algunos hechos en sus documentales para conseguir el efecto deseado. Esta confesión nos lleva a reflexionar sobre la delgada línea entre la verdad y la ficción en el arte y los medios de comunicación.
¿Cómo Combatir las Fake-News?
Ante la avalancha aparentemente interminable de fake-news, Herzog propone una solución esclarecedora: ser críticos, hacer preguntas, consultar varias fuentes y hacer uso de nuestra propia inteligencia. Esta conclusión, aunque sencilla, es un poderoso recordatorio de nuestra responsabilidad como consumidores de información en la era digital.
(AT/dpa)
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