Buenos Aires (AT) – La localidad bávara de Geretsried, al sur de Múnich, acaba de convertirse en el epicentro de una revolución energética. Allí, la empresa canadiense Eavor comenzó a instalar su primera planta comercial de generación de energía geotérmica profunda, una tecnología que promete superar los límites de los sistemas tradicionales y abrir nuevas posibilidades para reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Hace unos 15 años, una empresa de perforación intentó aprovechar los recursos geotérmicos superficiales de Geretsried, pero fracasó. No se halló agua caliente suficiente cerca de la superficie para hacer viable el sistema. La comunidad quedó frustrada y resignada a seguir dependiendo del gas natural.
“Nos rendimos. Teníamos grandes esperanzas”, recordó Michael Müller, el alcalde de la ciudad. Hoy, esa misma comunidad es sede del primer proyecto de Eavor en Europa, una planta que perfora a más de 4.000 metros de profundidad para extraer calor directamente de la roca.

Una tecnología distinta: geotermia sin fractura ni agua natural
El sistema desarrollado por Eavor no necesita acuíferos subterráneos ni fracturación hidráulica. La empresa perfora dos pozos verticales que luego se ramifican en una docena de ramales horizontales. Así se maximiza el contacto con la roca caliente.
Estos pozos se conectan en un circuito cerrado llamado “Eavor-Loop”: el agua circula sin salir del sistema, se calienta al pasar por la roca y vuelve a la superficie. Allí puede utilizarse para generar electricidad a través de vapor o distribuirse mediante redes de calefacción urbana.
El proyecto de Geretsried incluirá cuatro de estos circuitos, con un potencial estimado para abastecer el equivalente de 36.000 hogares con energía térmica limpia. Eavor proyecta que el sistema comenzará a operar este mismo año, primero generando electricidad y luego sumando suministro de calor a medida que se amplíe la red de calefacción a distancia local.

Impacto ambiental y potencial de replicación
Una de las principales ventajas de esta tecnología es que no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni requiere procesos invasivos. Tampoco depende de condiciones geológicas excepcionales. Esa característica le da un potencial global. “Nuestro objetivo es tener energía geotérmica en cualquier lugar, en todas partes”, afirmó John Redfern, director general de Eavor.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), los avances en perforación profunda y sistemas cerrados están desbloqueando un enorme potencial global. “La geotermia fue una fuente marginal y concentrada en unos pocos países. Pero eso está cambiando rápidamente”, aseguró Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE. Hoy, con perforaciones de más de 3 kilómetros, casi todos los países podrían acceder a esta fuente.

La urgencia alemana por dejar el gas ruso
Alemania aceleró su transición energética desde la invasión rusa a Ucrania en 2022. La calefacción representa una de las principales fuentes de emisiones de CO₂ en el país. La necesidad de cortar la dependencia del gas natural ruso llevó a multiplicar las inversiones en fuentes renovables.
La planta de Geretsried no es el único proyecto de Eavor en Alemania. La compañía también tiene un contrato para suministrar calor a la ciudad de Hannover, que está eliminando progresivamente el uso de carbón. Japón, a través de la empresa Chubu Electric Power Company, también apostó por Eavor como inversor estratégico.

Una apuesta local por el futuro energético
La historia de Geretsried es también la de una comunidad dispuesta a cambiar. El propio alcalde Müller reconoció que el proyecto representa una nueva oportunidad. “Queremos seguir siendo a prueba de futuro. Así que comencemos el futuro”, declaró.
El entusiasmo local fue clave. Geretsried ofrecía una geología convencional, donde otros habían fallado. Para Redfern, eso representa una validación aún más poderosa de su tecnología: “Nadie se habría impresionado si lo hacíamos en Islandia. Demostrarlo donde otros fracasaron es mucho más significativo”.

Calor urbano limpio: el próximo paso
La integración con redes de calefacción a distancia es parte esencial del modelo. En Europa, más de 67 millones de personas se calefaccionan mediante sistemas de este tipo, según datos de Euroheat & Power. La mayoría funcionan con gas o carbón, especialmente en países como China o Rusia.
Cambiar esa matriz a fuentes renovables requiere una transformación tecnológica profunda. En ese contexto, la geotermia de circuito cerrado aparece como una opción competitiva y escalable.
En Estados Unidos, donde las redes de calefacción a distancia se usan sobre todo en universidades y hospitales, algunas instituciones comenzaron a reemplazar el gas por energía geotérmica. A pesar del enfoque pro-petróleo del presidente Donald Trump, durante su primera administración también impulsó algunas iniciativas vinculadas a esta tecnología.

Conclusiones y proyección
La planta de Eavor en Geretsried marca un hito para la energía limpia. No solo por su innovación técnica, sino porque muestra que es posible recuperar viejos fracasos con nuevas ideas. La combinación de apoyo local, avances en perforación y presión global por descarbonizar, crea el contexto ideal para que esta tecnología crezca.
Si logra cumplir sus objetivos, Eavor podría convertirse en un referente de una nueva etapa para la geotermia. Una etapa menos dependiente de condiciones naturales excepcionales y más enfocada en la replicabilidad, la eficiencia y la sustentabilidad.

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