martes, 4 de junio de 2024

Buenos Aires (AT) – En una reciente entrevista con dpa, Ken-David Masur, hijo del legendario director de orquesta Kurt Masur, compartió detalles sobre su trayectoria y su pasión por la dirección orquestal. Aunque inicialmente no planeaba seguir los pasos de su padre, Ken-David descubrió su amor por la dirección en circunstancias inesperadas.

“Tuve que descubrir por mí mismo la alegría de dirigir desde el podio”, confesó Masur, quien nació en Leipzig en 1977, en la antigua República Democrática Alemana (DDR). Recordó sus días como estudiante en la Universidad de Columbia en Nueva York, donde intencionalmente no estudiaba música. “Un día se me acercó alguien en el comedor y me dijo: ‘Oye, estamos haciendo una ópera y escuché que eres músico. Seguro puedes hacerlo. Tienes un padre que dirige'”, narró.

A pesar de su inexperiencia en dirección, aceptó el desafío tras varias solicitudes. “Entonces dije: ‘Ok, está bien, haré un ensayo y luego busquen a otro’. Pero después del ensayo quedé enganchado. Nunca imaginé que me daría tanta alegría”, explicó Masur.

La trayectoria de Ken-David Masur

Ken-David Masur
Ken-David Masur es la nueva voz de la Dirección Orquestal en Estados Unidos

Ken-David Masur ha forjado una carrera exitosa en el mundo de la música. Ha trabajado en Japón, Francia, diversas partes de Estados Unidos y con la Orquesta Sinfónica de Múnich. Actualmente, es director de la Milwaukee Symphony Orchestra y la Chicago Symphony Orchestra. Para la apertura de la temporada en septiembre, también será director invitado de la Filarmónica de Nueva York, la cual lo elogia por su “aguda inteligencia musical, imaginativa capacidad de programación e inconfundible carisma”.

Además de su labor como director, Ken-David y su esposa, la pianista Melinda Lee Masur, crearon el Chelsea Music Festival en Nueva York, que celebrará su decimoquinta edición a partir del 21 de junio. “Melinda y yo teníamos tantos amigos en distintos ámbitos creativos que pensamos que la música y también el mundo de la cultura estaban demasiado divididos y que debíamos crear un festival en Nueva York donde todos pudieran reunirse, hacer una fiesta e invitar al público”, comentó Masur. El festival ofrece música de cámara, pequeñas orquestas, comida y obras de artistas de diversos campos.

El viaje musical de Ken-David comenzó con el violín, influenciado por su madre, la soprano, violinista y violista japonesa Tomoko Sakurai, tercera esposa de Kurt Masur, quien falleció en 2015. “Me encantaba el violín. Mi madre me contó que a menudo, en cualquier oportunidad, cuando viajaba o en el aeropuerto, en la cola de migraciones o en la aduana, siempre sacaba mi violín y me ponía a tocar para la gente”, recordó. Sin embargo, un profesor de violín “renombrado pero también muy estricto” le hizo perder el interés por el instrumento.

Posteriormente, estudió batería, trompeta, piano y hasta tuvo una banda de rock, antes de ser atraído por el podio de director. Su padre, Kurt Masur, fue una figura influyente en su vida y carrera, siendo director de la Orquesta Gewandhaus en Leipzig de 1970 a 1996. Ken-David recuerda con admiración el respeto que su padre generaba, especialmente durante la revolución pacífica de 1989 en Alemania del Este. “Viví en Leipzig el respeto que generaba”, indicó.

La relación con su padre: Kurt Masur

Ken-David Masur

La influencia de su padre se refleja en su propia filosofía de trabajo. “Ofrecemos un servicio a las personas, las ayudamos a dialogar con ayuda de la música, encontrar la paz para poder iniciar conversaciones. Siempre me decía: ‘Que las personas que vienen a la sala de conciertos puedan experimentar al menos por dos horas la paz mundial'”, recordó Ken-David.

Ken-David Masur, identificado a veces como “director japonés-americano nacido en Alemania”, sigue explorando su identidad. “Todavía estoy en la búsqueda”, afirmó.

Masur encontró un hogar en Milwaukee, donde vive con sus tres hijos adolescentes, un perro y gallinas. Describe su vida como “caótica, dinámica y enérgica”. En su hogar, la música es una constante, abarcando desde Taylor Swift y Michael Jackson hasta Stevie Wonder y los grandes del jazz como Duke Ellington, además de la música clásica.

(Fuente: dpa)

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