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Berlín – Al arrancar el día, Friedrich Merz, líder de la CDU, habrá pensado que el día iba a ser otro. Recién al caer la tarde en Berlín y en segunda vuelta, logró cumplir su sueño de vida: convertirse en canciller e Alemania. A las 16.16 hrs hora local y tras contabilizar los votos de la segunda votación -primicia para el sistema político alemán- Julia Klöckner, la presidenta de la Cámara Baja del Parlamento alemán, pudo declarar: “El diputado Friedrich Merz fue votado con una mayoría de 325 votos a favor como nuevo y décimo canciller de Alemania”.
En la primera vuelta de votación en el Bundestag, Merz se había encontrado con que solo 310 de sus integrantes apoyaban su candidatura. Merz necesitaba sumar una mayoría de 316 votos de los diputados presentes en el Bundestag para ser elegido canciller. Era la primera vez en la historia de la Alemania que un candidato a canciller no superaba con éxito la primera votación. Los grupos parlamentarios de la coalición CDU/CSU y SPD suman 328 escaños en el Parlamento.

¿Cómo siguió el proceso?
La Constitución establece en su artículo 63, que el Bundestag tenía entonces un plazo de otros 14 días para volver a votar y “elegir un canciller federal con más de la mitad de sus miembros”. Quiere decir, que Merz podía volver a presentarse en cualquier momento, si consideraba tener más éxito en una segunda vuelta. Dentro del plazo de dos semanas, podían celebrarse tantas vueltas como se deseeba con diferentes candidatos. Sin embargo todos necesitaría la mayoría absoluta de al menos 316 votos para ser elegidos.
¿Qué pasaba si no había un ganador en un plazo de 14 días?
Si ningún candidato lograra hacerse con una mayoría absoluta de los votos de los diputados presentes el día de la votación en el Bundestag, se reducirían los requisitos. El Bundestag cuenta hoy con un total de 630 de diputados. Pasado el plazo de 14 días, bastaría la mayoría simple para la elección. La Constitución alemana establece que “si no se celebra una elección dentro de este plazo, se celebrará inmediatamente una nueva votación en la que será elegido quien obtenga el mayor número de votos”.
Si el candidato elegido obtiene la mayoría canciller, el presidente federal – en este caso Frank-Walter Steinmeier- debe nombrarlo en un plazo de siete días tras la elección. En caso de elección por mayoría simple, el presidente federal también puede disolver el Bundestag en un plazo de siete días y convocar nuevas elecciones.

La segunda vuelta
Sin embargo, la sangre finalmente no llegó al río: con un retraso de varias horas y los nervios de medio mundo en ascuas, la segunda votación le dio a Merz un resultado holgadop de 325 votos a favor para llegar a la meta. Quedará para los próximos días analizar en profundidad, las razones del fracaso temprano en el día de hoy cuando Alemania sintió los temblores de un mundo que se redefine cada día en los cimientos de su propio modelo político.
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