Buenos Aires (AT) – Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), está a punto de asumir el cargo de Canciller de Alemania en mayo de 2025. Su mandato se perfila como uno de los más desafiantes de la historia reciente del país.
Con el sector económico en dificultades, una relación diplomática con los Estados Unidos que necesita ser reconstruida y un contexto internacional complicado, Merz se enfrenta a tareas colosales. Entre sus objetivos se encuentran estabilizar la economía alemana, garantizar la defensa nacional frente a Rusia y equilibrar las tensiones dentro de la Unión Europea.
Un horizonte de dos años para el cambio
La situación política y económica de Alemania, especialmente tras la victoria electoral de la CDU en febrero de 2025, no le permitirá a Merz disfrutar de una luna de miel en su inicio como canciller. De hecho, en un reciente discurso en el canal público ARD, Merz confesó que dispone de solo dos años para mostrar resultados antes de que los problemas más críticos lleguen a su punto de ebullición en 2027. Esto se debe a varios factores, como la situación interna de Alemania, las tensiones en Europa y la necesidad de cumplir con los compromisos económicos internacionales.

Uno de los mayores desafíos de Merz es la relación entre la CDU y el Partido Socialdemócrata (SPD), el cual se encuentra debilitado tras los recientes comicios. A pesar de su bajo apoyo popular, el SPD sigue siendo clave en el gobierno, ya que controlará ministerios esenciales, como el Ministerio de Finanzas. Las negociaciones entre ambas partes para formar una coalición no fueron fáciles y, según algunas fuentes, estuvieron a punto de fracasar. Entre los temas más polémicos estuvo la reforma fiscal y las propuestas de aumento de impuestos, algo que Merz rechazó en nombre de la estabilidad económica.
El peso de la economía y la defensa de la Unión Europea
Uno de los pilares fundamentales de la política de Merz será mejorar la economía alemana, que en los últimos años ha mostrado signos de estancamiento. El nuevo canciller ha reconocido que el país necesita un crecimiento económico anual de al menos un 2% para superar la actual crisis. Sin embargo, este objetivo se ve complicado por varios factores, como la baja productividad y los retrasos en la implementación de reformas fiscales. Aunque la CDU y el SPD han acordado aumentar el gasto público, el temor a una subida de los intereses en los mercados de bonos europeos persiste. Esto podría desencadenar intervenciones adicionales del Banco Central Europeo (BCE), lo que complicaría aún más la situación financiera.
Por otro lado, Merz se enfrenta a la obligación de garantizar la seguridad de Alemania y, en este contexto, la defensa nacional jugará un papel crucial. La relación con Rusia sigue siendo tensa, y las decisiones sobre el fortalecimiento de las capacidades militares del país serán fundamentales. De hecho, Merz ha planteado un aumento significativo en el gasto en defensa, lo que será esencial para asegurar la estabilidad frente a las amenazas externas, especialmente si se considera la situación en Ucrania.
Desafíos internos y en la relación con Europa

Dentro de Alemania, el tema de la inmigración ha sido uno de los puntos más polémicos en la agenda electoral y continúa siendo una de las cuestiones más divisivas del país. La CDU y el SPD tienen enfoques diferentes sobre cómo gestionar el ingreso de refugiados y migrantes, y esto podría llevar a nuevas tensiones dentro de la coalición. En este sentido, Merz deberá encontrar un equilibrio entre cumplir con las leyes europeas de inmigración, responder a las preocupaciones humanitarias del SPD y al mismo tiempo, satisfacer las demandas de su propio electorado conservador, que reclama un endurecimiento en las políticas migratorias.
En cuanto a su papel en la Unión Europea, Merz tendrá que navegar por un delicado equilibrio entre promover el crecimiento económico en Europa y mantener la estabilidad interna. La relación con Francia también será clave, especialmente considerando las elecciones presidenciales que se celebrarán en Francia en 2027. Merz tendrá que asegurarse de que las reformas europeas sean lo suficientemente atractivas para evitar que Francia se incline hacia un candidato de extrema derecha, lo que podría desestabilizar aún más la región.
Otro de los aspectos fundamentales será la política exterior, particularmente en lo que respecta a las relaciones con Estados Unidos y China. Merz se enfrenta al desafío de defender los intereses económicos y de seguridad de Alemania, mientras mantiene buenas relaciones con ambos gigantes. En este sentido, su gobierno deberá gestionar las tensiones que surgen en torno a temas como el comercio, las tarifas arancelarias y las relaciones internacionales, buscando siempre el equilibrio entre los intereses nacionales y europeos.
El futuro de la eurozona y el liderazgo de Merz
El futuro de la eurozona será otro de los frentes que Merz deberá abordar con rapidez. Las políticas de defensa de la moneda única y la gestión del mercado europeo de capitales son tareas clave en su agenda. En este contexto, Merz buscará promover mecanismos de endeudamiento común para proyectos de defensa y seguridad, lo que podría implicar la ampliación del fondo “Next Generation EU” más allá de 2026.
Por otro lado, la cuestión de cómo hacer frente al dominio del dólar en los mercados internacionales también será un desafío para Merz. Para ello, uno de sus objetivos será promover el euro como una moneda global más fuerte, estableciendo vehículos de endeudamiento europeos que refuercen la posición económica de la región. Sin embargo, esto también requiere un esfuerzo diplomático considerable para garantizar que otros países de la UE estén de acuerdo con estas medidas, algo que podría ser complicado si se considera la diversidad de economías dentro de la eurozona.
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