Por Jorge Bauer (*)
Buenos Aires / Chascomús – Cuando uno cumple 65 años en la Argentina, tiene derecho a jubilarse. En mi caso, después de 47 años trabajando como docente e investigador en robótica, me encontré frente a esa decisión crucial: seguir o dar un paso al costado de una profesión que amo. Después de muchas reflexiones, decidí hacerlo. Me alejé —aunque no del todo— de la ciudad y sus ritmos, y elegí pasar más tiempo en contacto con la naturaleza, cerca del verde.
En 2022, luego de la pandemia, compramos un terreno arbolado a solo 200 metros de la laguna de Chascomús, un lugar que ya conocíamos y queríamos por nuestras escapadas y vacaciones. Allí, rodeado de verde, descubrí que podía seguir haciendo lo que más me apasiona: enseñar, investigar y descubrir, pero con otro ritmo y libertad.
Un mensaje que inicio un viaje
Fue en ese nuevo entorno donde surgió, inesperadamente, una conexión con un nombre hasta entonces desconocido para mí: Juan Luzian. Todo comenzó con un mensaje del profesor alemán Fedor Pellmann, quien investigaba con sus alumnos a escritores exiliados del fascismo-nazismo que, en tierra extranjera, mantuvieron viva su producción literaria en alemán y español.

Fedor me contactó para hablar de mi padre, el escritor Alfredo Bauer, también exiliado. En una de nuestras charlas le mencioné mi retiro, mi mudanza a Chascomús y mi proyecto de construir una cabaña junto al lago. No tardó en pedirme ayuda para investigar a un tal “Johan Luzian”, un alemán radicado en Argentina y fundador de una editorial llamada El Lago. Empecé a buscar información, sin suerte.
Fue recién tras varios meses, y muchas preguntas a vecinos, ferreteros, comerciantes y habitués del club de regatas, que un día alguien me dijo: “¿No será el alemán Juan Luzian?” Y, ahí, comenzó otro viaje: el de reconstruir la historia de Juan Luzian, su vínculo con Chascomús, su legado, y también los puntos de contacto con la historia de mi propia familia.
Ecos del exilio: la historia de Juan-Johan
Juan Luzian, nacido en Hamburgo, decidió dejar Alemania en 1936. Tenía un buen trabajo en una editorial, una casa con vista al lago Pilsensee en Baviera y una familia con tres hijos pequeños. Pero no soportó más el surgimiento del nazismo. Su esposa era judía, y aunque en 1936 la persecución aún no había alcanzado su punto más brutal, tuvo el coraje y la visión de abandonar la seguridad de una vida acomodad por principios.
La primera parada fue Paraguay, donde no logró echar raíces. Luego, Buenos Aires. Y fue allí donde su amigo y escritor Max Tepp —quien también fue amigo y mentor de mi padre— le habló de un lugar llamado Chascomús. La conexión fue inmediata: se mudó y fundó un hotel que bautizó El Lago. Más que un hotel, fue un centro cultural, un lugar de encuentro para artistas, intelectuales y humanistas.
En este proceso de reconstrucción también reviví mis propias raíces: mi padre, Alfredo Bauer, llegó a Argentina en 1939 escapando del nazismo; mi abuelo casi termina en un campo de concentración por ser judío y socialista; mi madre huyó de Praga con nueve años y llegó con una valija sin joyas (robadas en el camino) y con muebles que en estas tierras de poco servían.

Un legado que respira en la comunidad
Juan Luzian fue mucho más que un exiliado. Fue un hacedor. En Chascomús no solo dejó huella con su hotel y sus libros (escribía en alemán y español, también para el diario Argentinisches Tageblatt), sino también con una obra concreta y profundamente recordada: la refundación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la ciudad.
Setenta y cinco años después, la institución sigue funcionando bajo la impronta que él dejó: orden, disciplina, vocación, entrega. Conversando con bomberos retirados y con jóvenes que sueñan con integrarse, pude ver cuánto respetan y admiran a Luzian. Su figura mezcla lo mejor de la precisión alemana y la pasión latinoamericana.

De la historia al cortometraje
Hoy, junto a amigos de Chascomús y de Baviera, estamos trabajando en un cortometraje inspirado en una de las poesías que Luzian escribió en alemán en 1944, junto a la laguna. El texto forma parte de un libro encontrado el año pasado en una biblioteca pública de Múnich. Con un trabajo colaborativo estamos traduciendo sus versos, restaurando imágenes de la época y buscando condensar en diez minutos parte de esa vida ejemplar. Una vida entre muchas que escaparon de la barbarie y sembraron cultura, comunidad y memoria en otro rincón del mundo.

Un espejo para las nuevas generaciones
Contar quién fue Juan Luzian es también contar lo que podríamos ser. Su historia —como la de tantos exiliados— es la contracara del odio, del fanatismo, del individualismo extremo. Es una historia que merece ser recordada, especialmente hoy, cuando discursos autoritarios vuelven a ganar espacio y se propone a los jóvenes un modelo de vida deshumanizado. Historias como la suya son faros. Por eso las rescatamos. Por eso las contamos.
(*) Dr. Jorge Bauer es hijo de Alfredo Bauer. Es Ingeniero Mecánico, Universidad Tecnológica Nacional, FRBA (1983) y Doctor en Ciencias Técnicas, Universidad Técnica de Viena, Austria (2003).
(**) Referencias:
1. Johan Luzian, Chascomus, Verse und Bilder 1944 editorial “El lago”;
2 El Martín Fierro que yo viví: la novela de los traidores a la patria es un libro de Alfredo Bauer publicado en 1992 por Ediciones Letra Buena.
Hacé tu comentario