Buenos Aires (AT) – En el Teatro General San Martín de la Ciudad de Buenos Aires se realizó ayer, lunes, la segunda edición de los Premios Ana Frank, una ceremonia que reconoció a personalidades e instituciones de América Latina por su compromiso con la convivencia, la memoria y los derechos humanos. En ese contexto, y minutos antes de recibir el premio a la responsabilidad social, el presidente de Merck México, Cristian von Schulz-Hausmann, dialogó con Argentinisches Tageblatt sobre el trabajo conjunto que la empresa alemana desarrolla con la Casa Ana Frank Argentina.

Alianza con impacto regional
Von Schulz-Hausmann explicó que la iniciativa surgió de un vínculo institucional consolidado con el Centro Ana Frank para América Latina, con sede en Buenos Aires, a partir de una visión compartida: “Encontramos muchos puntos en común, sobre todo con la cultura de diversidad e inclusión que promovemos en Merck. Vimos la oportunidad de transformar esta coincidencia en acción concreta”.
Desde entonces, la filial mexicana de Merck colabora activamente con la difusión del legado de Ana Frank. Uno de los ejes centrales fue el patrocinio de la muestra “Notas de Esperanza”, una exposición educativa instalada en el Museo de Memoria y Tolerancia de Ciudad de México, que ya fue visitada por más de 300.000 personas. “Pensábamos que iba a estar solo unos meses, pero el impacto fue tan grande que sigue vigente, y ya se extendió a otras ciudades como San Miguel de Allende”, destacó.

Educación, inclusión y juventud
El programa no se limita a una acción expositiva. La empresa también impulsa concursos literarios dirigidos a jóvenes de entre 16 y 21 años. Los ganadores tienen la posibilidad de visitar la Casa de Ana Frank en Ámsterdam y la Corte Internacional de La Haya. “Más de una decena de jóvenes mexicanos y mexicanas ya vivieron esa experiencia educativa. Apuntamos a chicos y chicas que, por sus medios, no podrían acceder a este tipo de oportunidades”, indicó von Schulz-Hausmann.
Además, explicó que se habilitó un cupo exclusivo para hijos de colaboradores de Merck, lo que fortaleció el compromiso interno con la iniciativa: “La participación de las familias fue emocionante. Generó vínculos nuevos entre personas que ni se conocían y terminó en viajes compartidos inolvidables”.

La mirada desde Alemania y el apoyo empresarial
Consultado por la recepción institucional de la iniciativa en Alemania, sede central de Merck, el directivo fue claro: “Nuestra CEO valora profundamente todas las acciones que promuevan diversidad, equidad e inclusión. Esta alianza con la Casa Ana Frank en Argentina tiene respaldo total”.
También hubo una respuesta positiva en el ámbito empresarial mexicano. El proyecto cuenta con el apoyo de la Embajada Alemana en México, la Cámara Alemana de Comercio, el Patronato de la Industria Alemana para la Cultura —del cual von Schulz-Hausmann es vicepresidente—, y el Goethe-Institut. “Hay un compromiso compartido en fomentar la cultura, la memoria y la educación como pilares de una sociedad más justa y diversa”, aseguró.

Proyección latinoamericana
El impacto del programa trasciende México. El concurso literario, auspiciado por Merck, se replica en otros países de América Latina y busca fomentar el pensamiento crítico y la reflexión sobre los desafíos actuales de la región. “Cada filial de Merck en Latinoamérica intenta adaptarlo a su realidad local, pero el mensaje es el mismo: construir futuro desde la memoria”, sostuvo.
Finalmente, von Schulz-Hausmann rescató el origen del proyecto como parte de un proceso de escucha y articulación: “Todo surgió de reuniones con referentes sociales. La pregunta fue cómo podemos colaborar para tener una sociedad mejor. Y ahí apareció esta posibilidad. Lo importante es entender que no hace falta pedir permiso para empezar a cambiar el mundo. Solo hay que dar el primer paso”. Con este reconocimiento, el premio Ana Frank 2025 subraya la relevancia del compromiso empresarial en el fortalecimiento de la memoria y los derechos humanos en América Latina.

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