Buenos Aires (AT) – El índice Ifo de clima empresarial, uno de los indicadores más seguidos para medir la salud económica de Alemania, subió en junio a 88,4 puntos. Representa un nuevo avance respecto a los 87,5 puntos registrados en mayo y confirma una tendencia positiva que lleva ya medio año. El dato fue publicado este martes por el Instituto Ifo de Investigación Económica, que realiza encuestas mensuales a unas 9.000 empresas del país.
El resultado superó las expectativas del mercado, que preveían una suba más moderada, hasta los 88,2 puntos. El informe señala una mejora en las perspectivas del sector privado, influida por los recortes en las tasas de interés y un paquete fiscal amplio lanzado por el gobierno federal para sostener la actividad.
El índice Ifo incluye dos componentes principales: la evaluación de la situación actual y las expectativas a seis meses. En junio, las expectativas subieron de 89 a 90,7 puntos. La valoración de la situación actual, en cambio, apenas varió: pasó de 86,1 a 86,2 puntos.
El servicio y la construcción, los sectores más dinámicos

De acuerdo con el Instituto Ifo, la mejora fue más marcada en los sectores de servicios y construcción. En el primero, la recuperación se notó tanto en la confianza actual como en las perspectivas, mientras que en la construcción se sostiene una leve mejora que lleva varios meses. Las empresas constructoras muestran menos preocupación por los costos y por la disponibilidad de materiales que un año atrás.
En cambio, en la industria manufacturera la recuperación fue débil. El informe indica que, aunque hay algo más de optimismo respecto al futuro, muchas empresas siguen insatisfechas con el nivel actual de pedidos. Las exportaciones siguen afectadas por la baja demanda global, en especial en sectores como el automotor y la maquinaria pesada.
En el comercio, la situación general sigue siendo compleja. Los comerciantes muestran una leve mejora en sus expectativas, pero la evaluación de la situación actual se mantiene sin cambios. La inflación más baja ayuda, pero el consumo todavía no repunta del todo. Según datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), las ventas minoristas se contrajeron un 1,3 % en mayo respecto al mismo mes del año anterior.
Efectos de la política económica: tasas e inversión pública

Uno de los factores que explican la mejora en las expectativas empresariales es la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). A comienzos de junio, el BCE recortó su tasa de interés de referencia del 4,5 % al 4,25 %, en su primera reducción desde 2019. Aunque la inflación todavía está por encima del objetivo del 2 %, el banco considera que hay margen para acompañar la recuperación sin generar presiones excesivas sobre los precios.
A eso se suma un paquete de estímulos fiscales anunciado por el gobierno de Olaf Scholz, que incluye inversiones en infraestructura, subsidios para empresas energéticas, incentivos a la construcción y alivio tributario para pymes. El volumen total ronda los EUR 35.000 millones, según cifras del Ministerio de Finanzas.
El gobierno busca con estas medidas impulsar la actividad sin romper con las reglas de disciplina fiscal que rigen en Alemania desde hace más de una década. Por ahora, los mercados no reaccionaron con alarma y el rendimiento de los bonos alemanes a diez años se mantiene estable, cerca del 2,4 % anual.
La mejora en el índice Ifo se suma a otros indicadores que muestran señales de recuperación, aunque leve. El PMI compuesto (índice de gerentes de compra) de junio se ubicó en 50,6 puntos, por encima del umbral de 50 que separa expansión de contracción. La producción industrial creció 0,3 % en abril, tras varios meses de caídas.
Perspectivas hacia el segundo semestre

El repunte del clima empresarial genera expectativas moderadas sobre la segunda mitad del año. Algunos analistas creen que la economía alemana podría evitar una recesión técnica en 2025 si se consolidan estas señales. Otros, sin embargo, advierten que los riesgos externos siguen pesando: la guerra en Ucrania, la desaceleración en China y las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Por el momento, el dato de junio refuerza una tendencia que permite pensar en una estabilización. Si bien aún no hay euforia, el clima empresarial empieza a salir de la zona de pesimismo en la que estuvo durante gran parte del último año y medio.
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