Buenos Aires (AT) – La economía alemana produjo en marzo un 3,0% más que en febrero, según informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis) con sede en Wiesbaden. Se trata del mayor incremento mensual desde principios de 2022, impulsado por sectores clave como el automotriz, la maquinaria industrial y la industria farmacéutica.
Este repunte se reflejó también en la comparación trimestral: en el primer trimestre de 2025, la producción fue un 1,4% superior al último trimestre de 2024. “Es el aumento más pronunciado en términos trimestrales desde el inicio de 2022”, detalló el organismo estadístico en su informe.

Motores del crecimiento: autos, máquinas y medicamentos
Los datos muestran que la industria fue el principal motor de esta mejora, con un incremento del 3,6% en marzo. La fabricación de automóviles creció un 8,1%, el sector farmacéutico se disparó un 19,6%, y la construcción de maquinaria avanzó un 4,4%. También se destacó la producción de industrias con alto consumo energético, como la química, que aumentó un 1,5%.
El sector de la construcción, por su parte, también contribuyó al buen desempeño general con una suba del 2,1%.

Un alivio tras años de estancamiento
Sebastian Dullien, economista del Instituto de Macroeconomía e Investigación de Coyuntura de la Fundación Hans-Böckler, señaló que este repunte “marca el mayor avance desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022”. Para Dullien, el dato sugiere que la recesión industrial podría estar llegando a su fin.
La industria alemana atravesaba desde 2023 un ciclo de enfriamiento prolongado, con caídas persistentes en la producción, afectada por la inflación energética, la debilidad del comercio exterior y la incertidumbre política interna.

Factores detrás del repunte
El jefe de economistas del Commerzbank, Jörg Krämer, explicó que parte de este crecimiento podría responder a “efectos de anticipación” por parte de las empresas ante posibles aranceles comerciales en Estados Unidos, promovidos por el expresidente Donald Trump en su nueva campaña.
Sin embargo, Krämer también destacó elementos estructurales que permiten un mayor optimismo, al menos en el corto plazo. “La recuperación del clima empresarial, medido por el índice Ifo, y el aumento en los pedidos industriales apuntan a que la producción continuará creciendo”, afirmó. Aun así, advirtió que se trata de una recuperación “débil y sujeta a riesgos”.

Recuperación con pies de barro
Aunque los datos entusiasmaron a algunos sectores industriales, no todos comparten el mismo grado de optimismo. Krämer advirtió que el “shock arancelario” de Trump y la falta de un relanzamiento firme de la política económica alemana limitan las perspectivas de una recuperación sostenida. “El crecimiento podría estancarse si no se implementan reformas estructurales a nivel nacional”, señaló.
En otras palabras, si bien la mejora actual es significativa en términos estadísticos, no necesariamente implica un cambio de tendencia duradero.

Contexto internacional e impacto interno
El contexto internacional sigue siendo un factor determinante. La economía alemana, altamente exportadora, se ve afectada por las tensiones comerciales y por la desaceleración global. Los posibles aranceles estadounidenses podrían alterar el flujo comercial en sectores clave como el automotor y la industria química.
Por otro lado, la demanda interna aún no se ha recuperado con fuerza, lo que implica que una parte importante del crecimiento sigue dependiendo de la dinámica externa. En este sentido, la producción farmacéutica —uno de los rubros con mayor incremento en marzo— se explica en parte por una suba de exportaciones puntuales a mercados extracomunitarios.

Un dato alentador, pero no suficiente
Los analistas coinciden en que el aumento de marzo es un dato positivo, pero no definitivo. Para consolidar una recuperación real, se necesita una mejora sostenida en los indicadores de confianza empresarial, inversión privada y consumo interno. Además, las medidas fiscales y regulatorias que el nuevo gobierno alemán pueda implementar serán clave para mantener el impulso. La industria alemana mostró músculo en marzo. Sin embargo, los desafíos estructurales y el clima de incertidumbre global obligan a mantener la cautela. La cifra entusiasma, pero la recuperación aún está en fase de prueba.

Hacé tu comentario