miércoles, 21 de mayo de 2025

Buenos Aires (AT) – La oficina federal de estadísticas de Alemania (Destatis) informó que los precios al productor descendieron 0,9 % en abril respecto del mismo mes del año anterior. Es la segunda caída consecutiva y también la más fuerte desde octubre de 2023. En marzo, los precios habían bajado 0,2 %. La mayoría de los analistas proyectaba un descenso más leve, en torno al 0,6 %.

Mes a mes, los precios también mostraron una variación negativa: -0,6 % respecto de marzo, cuando se había registrado una baja del 0,7 %.

La principal causa sigue siendo el abaratamiento de la energía. En comparación interanual, los precios energéticos cayeron 6,4 %, en particular por los menores valores del gas natural y la electricidad. El gas, por ejemplo, redujo su precio de venta mayorista en más de 10 % en relación con abril del año pasado.

El indicador no incluye el impuesto al valor agregado y refleja el costo que enfrentan las empresas antes de que los productos lleguen a los consumidores. Por eso se lo considera un termómetro temprano de la evolución general de los precios.

Qué rubros suben y cuáles bajan

energia
La energía lideró la baja de precios: en un año, se abarató un 6,4 %.

No todos los sectores mostraron bajas. Mientras la energía se abarató, los bienes de consumo no duraderos –como alimentos, productos de limpieza o de higiene personal– subieron 3,2 %. Los bienes duraderos, como electrodomésticos o muebles, registraron un aumento de 1,4 %.

Los bienes de capital, que incluyen maquinaria y equipamiento industrial, también subieron 3,2 % interanual. Es un dato que refleja cierta solidez en la inversión productiva. En cambio, los bienes intermedios –insumos utilizados en procesos de producción– crecieron apenas 0,3 %, lo que puede indicar un estancamiento en la actividad de las cadenas industriales.

La combinación de menores precios energéticos y alzas contenidas en otros sectores sugiere que la presión inflacionaria sobre las empresas sigue cediendo. Sin embargo, todavía hay áreas donde los costos continúan en alza, en especial en rubros vinculados al consumo cotidiano.

Contexto histórico y situación actual

Alemania atravesó un fuerte proceso inflacionario en los últimos años, impulsado por la pandemia y por la guerra en Ucrania. En 2022, los precios al productor llegaron a aumentar más de 45 % interanual en algunos meses. En septiembre de ese año, por ejemplo, la suba fue de 45,8 %, un récord desde que existen registros comparables.

fabrica
Los bienes de capital, como maquinaria industrial, registraron una suba del 3,2 % interanual.

Ese aumento histórico estuvo impulsado por el precio del gas natural, que se disparó luego del corte de suministros rusos y la búsqueda de fuentes alternativas. En ese contexto, muchas empresas trasladaron los aumentos al consumidor final, lo que impulsó la inflación general en el país.

En 2023, el panorama comenzó a estabilizarse. En diciembre de ese año, los precios al productor ya mostraban una baja de 8,6 % interanual. Desde entonces, la tendencia continuó moderándose. La caída de abril de 2024 confirma ese recorrido.

Sin embargo, algunos analistas advierten que los niveles de precios siguen siendo altos en comparación con los promedios anteriores a la pandemia. En abril de 2020, el índice general era muy inferior. Desde entonces, el aumento acumulado sigue superando el 20 % en varios rubros.

Según datos de Destatis, los precios al productor comenzaron a subir de manera sostenida desde mediados de 2021. En junio de ese año, la suba interanual era de 8,5 %. En enero de 2022, superó el 25 %, y llegó al pico mencionado en septiembre. Desde entonces, la reversión ha sido lenta, pero sostenida.

Un futuro problemático

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Los alimentos y productos de uso diario subieron 3,2 % en abril, pese a la baja general.

La baja de los precios mayoristas puede influir en las decisiones del Banco Central Europeo, que evalúa el ritmo de la inflación en la eurozona para definir su política monetaria. Aunque los datos de Alemania son positivos, todavía persiste la preocupación por los niveles generales de los precios y su impacto en el consumo.

En Alemania, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sigue mostrando subas interanuales por encima del 2 %. Eso implica que, si bien los costos mayoristas bajan, aún no se traduce plenamente en un alivio para los hogares.

Además, el encarecimiento de productos no duraderos y de bienes de capital puede generar nuevas presiones a futuro. Por ahora, el abaratamiento de la energía sigue siendo el factor principal detrás de las estadísticas positivas.

Los próximos informes mensuales permitirán ver si esta tendencia se consolida o si reaparecen presiones sobre algunos sectores. Para eso, será clave la evolución del gas natural, cuya cotización internacional sigue siendo volátil, y el impacto de nuevos contratos de importación. El mercado observa también los salarios negociados en los convenios colectivos, que podrían empujar los precios si los aumentos son importantes.

Por el momento, la señal es clara: los precios que pagan las empresas bajan y eso podría, con el tiempo, trasladarse al bolsillo de los consumidores.

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