Es la mañana de un martes lluvioso de agosto en Buenos Aires. El piso 21 del Club Alemán, en plena Avenida Corrientes, es el punto de encuentro con Matías Grosso. Desde esa torre con vistas al Río de la Plata, el fundador de Dortmund Argentina repasó, café de por medio, su historia, el presente del Borussia Dortmund y la relación —a veces cercana, otras tensa— con el club alemán que le cambió la vida.
Dortmund Argentina: de la computadora a la hinchada
Matías Grosso, tiene 33 años, nació en José Mármol, en el sur del conurbano. Hincha de River, periodista deportivo cuenta cómo una cuenta de Twitter se convirtió, en poco más de diez años, en una comunidad real, activa y oficialmente reconocida por el club de Westfalia.
Argentinisches Tageblatt: ¿Siempre fuiste tan futbolero?
Matías Grosso: de chico no me gustaba tanto el fútbol. Me fascinaban los dinosaurios y la biología. Pero a los 10 u 11 años me llevaron a la cancha y me volví loco. En ese momento —hablo de 2001 o 2002— empecé a seguir al Dortmund por Tomáš Rosický. Me encantaba cómo jugaba. En ese entonces sólo podía verlo en los resúmenes de los partidos que daban por la tele. Lo “usaba” en los juegos de PC y ahí me empecé a encariñar con el equipo. Estudié periodismo deportivo, y todo esto nació un poco como proyecto paralelo. Apenas terminé de estudiar, quería armar un blog para contar la actualidad del equipo que seguía, y ahí empezó todo. Nunca imaginé que se iba a transformar en lo que es hoy.
¿Y por qué el Dortmund, y no otro equipo alemán?
Por Rosický. Me enganché con él y justo jugaba en el Dortmund. Después me interioricé más: el club venía de una crisis económica fuerte, casi se funde, y lo salvaron los hinchas. Eso me hizo pensar: “Este club es distinto”. Y me terminé enamorando.
¿Conocés Alemania, pudiste ir al estadio del Dortmund?
Todavía no. Me encantaría ir, pero el contexto económico argentino lo hace muy difícil. Es un sueño que tengo hace años. Me gustaría estar ahí, bancar al equipo, sobre todo en estos momentos difíciles.
¿Cómo consiguieron el reconocimiento oficial del club?
Fue una sorpresa. Dortmund Argentina empezó como una cuenta de Twitter donde informábamos sobre el equipo de manera informal y pasional. Era un estilo bien de hincha argentino, con lo bueno y lo malo que eso implica. Y gustó mucho. Atrajo a mucha gente. Las juntadas explotaban: venían 40 o 50 personas aunque no hubiera partido. Eso generó los primeros contactos con Alemania. Cuando cumplimos los requisitos, llenamos los formularios y nos “certificaron” como fan club oficial del Borussia Dortmund en la Argentina.
¿Fue algo que buscaste? ¿Te importaba tener ese reconocimiento?
No lo buscaba activamente. Surgió de una charla entre los miembros del grupo. Yo ya había hablado antes con el club por Twitter. Alguien sugirió averiguar cómo ser oficiales, me pareció buena idea para darle estructura y mandé un mail en inglés. La respuesta fue muy buena desde el principio.
¿Cómo es la relación actual con el club?
Tuvo altos y bajos. Antes retuiteaban nuestras juntadas, difundían lo que hacíamos. En los últimos años eso bajó. Hoy hay menos interés por parte del club. Igual, seguimos en contacto con el área de relaciones internacionales. Participamos en actividades a distancia. Por ejemplo, este año nos pidieron autorización para incluir el nombre “Dortmund Argentina” en un túnel conmemorativo en Borsigplatz, donde nació el club.
Mencionaste que hubo “altos y bajos”. ¿Cuáles fueron “los bajos”?
Es una opinión personal: creo que el club empezó a priorizar otros mercados que no son hispanohablantes. Nos dejaron un poco de lado, no difunden nuestras acciones, nuestras juntadas, nuestros proyectos. Por ejemplo, en las últimas juntadas recolectamos alimentos no perecederos y no hubo repercusión. Y ojo, no buscamos reconocimiento, lo hacemos por convicción. Pero duele que no se refleje en el club. Además, somos críticos de la actualidad del equipo y de cómo se manejan las cosas. Quizás eso influye en este “silencio de radio”.
En Alemania es importante lo que comúnmente llamamos “la función social de los clubes”. ¿Sentís que eso también fue parte de tu conexión con el Dortmund?
Totalmente. Fue uno de los aspectos que me enamoraron del club: su compromiso, sus valores, su postura ideológica. Por eso me choca que nosotros, que compartimos ese mensaje, pasemos desapercibidos. Mientras tanto, el club abre embajadas en EE.UU. y te desmotiva. No porque uno quiera un premio, sino porque pensás que estás alineado con su filosofía, y no ves que eso importe.
¿Qué rol tienen las redes sociales en la comunidad?
Twitter fue el corazón de todo. Ahí nació Dortmund Argentina. Tuvimos más seguidores que la cuenta oficial en su momento. Hoy tenemos Twitch, Youtube, Instagram un servidor de Discord muy activo… pero Twitter sigue siendo lo principal. Se formó una comunidad real, con amistades, incluso parejas. Es muy emocionante.
¿Cómo organizan el trabajo del fan club? ¿Lo manejás solo?
La mayoría de las cosas las hago yo, pero desde hace algunos años trabajo con José Araoz, con quien hacemos el podcast Gente de Dortmund. También nos ayudan otros miembros con diseño, redes, moderación.
Hablemos de la Bundesliga.¿Se siente la ausencia del Schalke 04? ¿El clásico con el Bayern es algo real o inventado?
Mucha gente no sabe —y no tiene por qué saberlo— que el verdadero clásico del Dortmund es contra el Schalke, no contra el Bayern. Siempre está la chicana cuando perdemos con el Bayern, y yo respondo: “No, no, este no es el clásico, no me podés cargar por esto”. Es un chiste habitual. La rivalidad con el Bayern se potenció en los últimos años por la competitividad: hubo épocas donde Dortmund peleaba todos los campeonatos con ellos, sobre todo con Klopp y la final perdida de Champions. Eso la solidificó. Pero para mí, el clásico es el Schalke.
Algún día volverán. Mientras tanto, que sufran un poco ahí abajo. Aunque tampoco podemos reírnos tanto, porque en Alemania no hay promedios ni 30 equipos como en la liga Argentina: se fue el Hamburgo, se puede ir cualquiera.
Yo tengo una mirada crítica del presente del Dortmund. Una temporada quedás afuera de la Champions (League), la siguiente peleás en la mitad de tabla, después la permanencia… Si no te acomodás a la pérdida de ingresos por no jugar copas, y encima el club es tímido para reforzarse, muchos jugadores se van a querer ir. El Dortmund no está exento de sufrir con la permanencia si no endereza el rumbo.
Mientras tanto, me río del Schalke. Pero siempre desde la chicana futbolera, claro.
Bromas aparte, creo que el Dortmund se relajó sin su clásico enfrente. Aunque se haya creado esta rivalidad con el Bayern, no es lo mismo. Cuando tenés al clásico al lado, te comparás, te exigís más. Al no estar el Schalke, el Dortmund se conformó con menos: clasificar a Champions y listo. Eso nos trajo a esta realidad medio incómoda que estamos viviendo.
Señoras y señores: es con inmenso orgullo que lanzamos el REGISTRO NACIONAL DE HINCHAS para ser ante los ojos del club MIEMBROS OFICIALES de esta filial.
— Dortmund Argentina (@BVBDortmund_Arg) March 1, 2024
Completando el siguiente formulario tendrán su propia credencial virtual. Y pronto, mucho más.https://t.co/bj1SMs3h4u pic.twitter.com/BCvjrEyasF
¿Y la comunidad? ¿Se interesa por la historia del club?
Sí, claro. La gente se interesa por la historia. Pero muchos se hicieron hinchas del Dortmund en los últimos 15 años, sobre todo en la época de Klopp. Después, con figuras como Marco Reus, y la popularidad del club en redes y videojuegos. Que no es un dato menor: Reus fue tapa del FIFA en 2017, y eso marcó a muchos chicos. A mí me pasó algo parecido en 2001 con Rosický y los juegos de PC.
Entonces, para muchos nuevos hinchas, el clásico es el Bayern. Y está bien. No juzgo a nadie por sentir rivalidad con uno u otro. Cada uno tiene su historia con el club, y eso enriquece.
El Dortmund debuta esta temporada contra el Sankt Pauli. ¿Cuáles son las expectativas para este año?
Hablando en nombre de Dortmund Argentina, te diría que las expectativas no son buenas. La mayoría ve al plantel corto, desbalanceado. Faltaron refuerzos en puestos clave. Se perdió jerarquía, no solo por los nombres estelares que se fueron en los últimos años —Bellingham, Haaland, Sancho— sino por el nivel general del plantel.
Las declaraciones de la dirigencia tampoco ayudaron. Dicen que el objetivo es clasificar a Champions, o el técnico dice que es “una locura pensar en el título” después de la temporada pasada. Y eso no va. Si querés ser un club grande, tenés que tener objetivos grandes. Hay un aura derrotista que no nos gusta. Ojalá estemos equivocados. Ojalá Kovač encuentre un equipo sólido y nos tape la boca.
Yo no pido fútbol vistoso. Con un equipo que defienda bien, que se entregue, ya estoy contento. Pero no es lo que veo.
¿Y en el Mundial de Clubes no fue un poco así? ¿Se ganó, se defendió bien aunque no se haya jugado lindo?
Sí, pero no fue solo el Dortmund. Muchos clubes europeos no se lo tomaron en serio. Salvo el Bayern, que tuvo la mala suerte de quedar afuera y la lesión de Musiala. Pero el Dortmund tenía una gran chance pelear un título que, aunque hoy no tenga tanto peso, con el tiempo lo va a tener.
Y el club lo trató como una pretemporada de lujo. Ganó por jerarquía, no por funcionamiento. Me dio bronca el enfoque. Incluso el video institucional que sacaron me molestó: básicamente decían “somos perdedores, pero fieles”. Y no es el mensaje que querés transmitir. Ser leal está bien, pero no puede ser lo único. No podés asumir la derrota como identidad.
Ese temor tan argentino: “ser hincha de la hinchada”…
Exacto. Y en Dortmund se viene viendo eso. Esa idea de que lo importante es clasificar a Champions y listo, que el título es una utopía. Renovamos la cocina, pero no traemos jugadores. El Mundial de Clubes fue una oportunidad perdida.
¿No será también una diferencia de mentalidad? En Argentina se vive el fútbol con otra intensidad.
Totalmente. Cuando abrí la cuenta en 2014, siempre fue con la idea de vivirlo como argentinos. Sé que eso a veces choca con la forma alemana de ver el fútbol. Pero no es solo en Argentina. En Uruguay, Perú, Colombia, España… también hay hinchas del Dortmund molestos. Hay alemanes que están empezando a quejarse también: ¿cómo puede ser que gastemos 11 millones de euros en renovar la cocina y no traigamos refuerzos?
Es verdad que parte del enojo es irracional, o como algunos dicen, “pasión exacerbada”. Pero también hay una acumulación de frustraciones.
¿Y cómo ven dentro de la comunidad situaciones como el ingreso de Rheinmetall como sponsor del club?
Acá depende mucho de la ideología y la posición política de cada uno. En Argentina, como sabés, todo está muy politizado. Entonces, si estás de un lado, ciertas cosas te molestan más que si estás del otro.
A mí, particularmente, lo de Rheinmetall me molestó mucho. A otros no les importó y dijeron “vengan esos millones”. No sé si eso es bueno o malo, pero sí rescato que se puedan expresar distintas opiniones, al menos con respeto. En general, de todos modos, ese tipo de discusiones no tiene el mismo peso acá que allá.
¿Cuáles son los planes ahora con Dortmund Argentina para esta temporada?
Uno de los “problemas” que tenemos para organizar juntadas es que la actualidad deportiva no contagia. Si quisiéramos, podríamos hacer juntadas cada 15 días, pero requieren tiempo, plata y compromiso. Si el equipo no entusiasma, es muy difícil movilizar gente un sábado a las 10 de la mañana. Nos ha pasado que fuimos igual, lloviendo, y después el equipo empata o pierde con un recién ascendido. Es frustrante.
Igual, queremos seguir haciendo juntadas grandes. Estamos convencidos —o mejor dicho, seguros— de que somos el fan club de un equipo europeo que más gente moviliza en el país.
El mes que viene vamos a hacer una juntada en Rosario. Ya estamos avisando a los miembros de la filial en Santa Fe. Queremos que la experiencia no quede sólo en Buenos Aires. Ya vino gente de otras provincias, incluso de otros países: Uruguay, Honduras, Alemania, España. Queremos replicar eso en Córdoba y Mar del Plata, donde también hay mucha gente activa.
Ojalá algún día podamos hacer una gira latinoamericana de juntadas. Nos siguen desde todo el continente y nos hacen sentir el cariño. Nos gustaría llevar esa experiencia a lugares donde no hay fan clubs tan activos o grandes. Pero todo eso lleva tiempo, esfuerzo y, sobre todo, dinero.
Igual, tenemos algunas cosas interesantes preparadas para esta temporada. Ojalá el equipo acompañe desde lo deportivo. Aunque, por suerte, ya tenemos una base de gente que va a estar siempre, incluso si estamos peleando la permanencia. Son manijas de verdad.
La Bundesliga, entre las grandes ligas europeas, es la que menos contacto tiene con Argentina. ¿Por qué?
Es una dificultad. Entre las cinco grandes ligas, la Bundesliga es la más lejana culturalmente: por el idioma, las costumbres, incluso el clima. A los jugadores argentinos les cuesta adaptarse. En este mercado de pases sonaron varios argentinos, lo cual es una novedad.
Desde lo deportivo, la Bundesliga es súper atractiva. ¿Tiene hegemonía el Bayern?, sí, pero todas las grandes ligas tienen hegemonías. La Juventus en Italia. El PSG en Francia. Real Madrid y Barcelona en España. O las últimas temporadas del City en la liga inglesa
La Bundesliga tiene partidos muy dinámicos, con muchos goles. Es ofensiva, vibrante. Muy parecida a lo que era el Dortmund de Klopp. Pero no tiene exposición mediática. No se cubre igual. No se le da lugar. Y eso la deja fuera del radar.
Ojalá eso cambie. La Bundesliga tiene muchísimo para ofrecer. Y si la gente empieza a prestarle atención, ojalá también se interese por el Dortmund y se sume a Dortmund Argentina. Tenemos una comunidad enorme, muy fiel, donde cualquiera puede sentirse bienvenido.
Y los pocos argentinos que fueron a Alemania, en general, dejaron una buena imagen.
Sí. Demichelis, Pinola, Placente, Palacios… A Pinola incluso le pusieron su nombre a una tribuna en Núremberg. Hoy trabaja ahí con Klose.
Tengo una teoría —no sé si cierta— de que muchos argentinos tienen cierto rechazo a lo alemán por los duelos con la Selección. Alemania nos dejó afuera en 2006, en 2010 nos goleó, en 2014 perdimos la final, en el ´90 también. Hay generaciones enteras marcadas por eso.
Mucha gente que no conoce la Bundesliga me dice: “¿Cómo vas a ser hincha de un equipo alemán?” Y ahí tenés que explicar. Uno no elige de qué club se enamora. Tiene que ver con valores, con historia, con cómo juega, con lo que representa. Cada uno conecta distinto.
Y también influye que los medios tradicionales no cubren la Bundesliga como a otras ligas. Hay nichos, como Mi Bundesliga, donde José (Aráoz) es jefe de contenidos, pero todavía no es masivo. Ojalá más gente se dé cuenta del potencial que tiene este campeonato.
La última: ¿pensás que ustedes se quedaron con el bueno de los dos Bellingham?
(Ríe) Vamos a ver. Todo lo que rodeó la llegada de Jobe me generó dudas. Se decía que no quería venir para no ser comparado con el hermano. Pero sos futbolista profesional, te van a comparar igual, y más si tu hermano está en el Real Madrid. Incluso si jugaras en Sacachispas, te van a comparar.
Después de casi dos horas hablando de fútbol, Matías se queda unos segundos en silencio, mirando el río desde la altura. Como cualquier hincha en cualquier rincón del mundo, vuelve a ilusionarse. Hoy arranca una nueva temporada, y el sueño de ver campeón al Dortmund vuelve a ponerse en juego. Su corazón amarillo y negro, una vez más, late fuerte.
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