Buenos Aires (AT) – Aldi y Lidl lanzaron este mes una nueva ofensiva de rebajas que sacudió el mercado minorista alemán. Con productos clave en baja, anuncios televisivos y una fuerte presencia en redes sociales, los dos principales discounters del país pusieron en marcha una carrera por captar la atención y el bolsillo de los consumidores.
Según voceros de Aldi, “la política de liderazgo en precios no es una acción puntual, sino un principio constante”. En tanto, Lidl desplegó una campaña nacional protagonizada por la cantante Sarah Connor, quien interpretó una “himno del ahorro” durante el DFB-Pokalfinale, marcando el lanzamiento de lo que la empresa califica como la mayor baja de precios de su historia.

Marketing o estrategia de fondo: la mirada crítica
Desde la Bundesvereinigung der Deutschen Ernährungsindustrie, su directora Kim Cheng advirtió que estas campañas deben interpretarse más como maniobras publicitarias que como cambios estructurales. “La capacidad de negociación está muy desbalanceada: cuatro grandes cadenas dominan el mercado frente a 6.000 fabricantes de alimentos, la mayoría pequeños y medianos”, señaló.
En la misma línea, la experta Anja Schwengel-Exner, de la Verbraucherzentrale Bayern, destacó que más que un beneficio real al consumidor, estas acciones buscan fidelizar a corto plazo. “La guerra de precios está pensada para quedarse en la cabeza del cliente”, explicó.

¿Qué tan reales son las ofertas?
Sven Reuter, fundador de la app de comparación de precios smhaggle, aseguró que muchas de las rebajas se aplicaron en productos que no tienen alta rotación en la compra semanal. Esto limita el impacto real de las promociones en la economía doméstica.
Por su parte, las apps de Lidl y Aldi ofrecen cupones y beneficios, pero exigen a cambio datos personales que permiten trazar con detalle los hábitos de consumo. “Se paga con la información”, advirtió Schwengel-Exner.

Apps y ahorro, ¿una ecuación eficiente?
Aplicaciones como smhaggle, kaufDA o Marktguru permiten crear alertas de precios y detectar ofertas por categoría, aunque los expertos advierten que el ahorro depende del tiempo invertido y la disposición a recorrer distintos comercios.
En un estudio reciente, la Verbraucherzentrale Bayern evaluó 119 productos con descuentos en supermercados de cuatro regiones. El resultado fue mixto: si bien se registraron rebajas promedio del 32%, muchas veces el producto rebajado seguía siendo más caro que su equivalente de marca blanca.

La trampa del envase y la calidad
Otra práctica frecuente es la reducción del tamaño del paquete sin modificación visible en el precio, lo que encarece el valor por kilo o litro. Además, algunas marcas bajan costos utilizando ingredientes de menor calidad, afectando sabor y valor nutricional.
Las recomendaciones básicas siguen siendo válidas: revisar el precio por unidad de medida, evitar compras innecesarias por efecto de los descuentos y prestar atención a las etiquetas.

Lecciones para Argentina
El fenómeno en Alemania tiene resonancia directa en el consumidor argentino. Aunque el escenario local difiere en volumen y organización del mercado, el comportamiento del retail internacional anticipa tendencias. La digitalización del consumo, el cruce entre fidelización y datos, y la disputa por el liderazgo de precios ya están presentes en cadenas como Carrefour, Día o Changomas.
Asimismo, la experiencia alemana demuestra que el precio visible no siempre es el real: hay que considerar tamaño, calidad y condiciones del producto. En tiempos de alta inflación, el consumidor argentino enfrenta un escenario similar, donde comparar, informarse y organizar las compras es tan importante como la oferta en sí.
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