jueves, 3 de julio de 2025

Buenos Aires (AT) – En la ciudad de Esslingen, al sur de Alemania, comenzó la producción piloto de celdas de combustible para camiones pesados. La iniciativa corre por cuenta de Cellcentric, una empresa creada en conjunto por Daimler Truck y el Grupo Volvo. Esta tecnología apunta a reemplazar motores diésel en el transporte de larga distancia. La firma ya emplea a más de 100 personas en su planta de más de 10.300 metros cuadrados, y planea escalar la fabricación durante los próximos cinco años.

Las celdas de hidrógeno permiten mover vehículos pesados sin emitir dióxido de carbono. En lugar de combustión, estos sistemas generan electricidad mediante una reacción química entre hidrógeno y oxígeno. El único subproducto es vapor de agua. Por eso, muchas automotrices ven en esta tecnología una posible salida a la dependencia del gasoil en el transporte pesado.

La apuesta de dos gigantes para cambiar el transporte

Cellcentric nació como una empresa conjunta entre Daimler Truck y Volvo Group. Ambas compañías compiten en el mercado mundial de camiones, pero decidieron unir esfuerzos para desarrollar una tecnología clave. Según Lars Johansson, responsable comercial y organizativo de Cellcentric, el objetivo es claro: “las celdas de combustible están probadas, pero todavía no se producen a escala industrial. Hacerlo es clave para bajar los costos y posicionarnos de forma sólida en el futuro”.

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En este momento, los sistemas desarrollados por Cellcentric están en etapa de producción piloto. Eso significa que se fabrican en cantidades limitadas, pero ya se trabaja en optimizar todos los procesos de cara a una expansión. La empresa apunta a tener capacidad de producción masiva antes de 2030, cuando se espera un aumento fuerte de la demanda global de camiones sin emisiones.

El hidrógeno ofrece una ventaja importante frente a las baterías en este segmento: los vehículos pueden cargarse más rápido y recorrer mayores distancias sin necesidad de parar durante horas. Esto lo convierte en una opción más viable para rutas largas y transporte de carga internacional.

Qué se fabrica en Esslingen y cómo funciona

La planta de Esslingen es el primer paso concreto de esta estrategia. Desde allí salen los sistemas de celdas de combustible que en el futuro equiparán camiones de ambas marcas. La producción se realiza con un alto nivel de integración vertical. Esto significa que Cellcentric busca controlar internamente la mayor cantidad de procesos posibles, sin depender de terceros.

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Los primeros vehículos de prueba con tecnología Cellcentric circularán en Europa en los próximos años.

Además de fabricar los sistemas de hidrógeno, Cellcentric también desarrolla los motores eléctricos que se alimentan con esas celdas. La idea es ofrecer un conjunto completo: desde el generador de energía hasta el sistema de propulsión. Pero el proyecto no se detiene ahí. La empresa también trabaja en un esquema de remanufactura y reciclaje de las celdas cuando terminan su vida útil.

Las celdas de combustible de hidrógeno funcionan a partir de una membrana que separa el hidrógeno del oxígeno. El hidrógeno entra en una cámara, donde se divide en protones y electrones. Los protones atraviesan la membrana; los electrones generan una corriente eléctrica. Esa electricidad alimenta el motor, y el vapor de agua resultante se libera al ambiente.

Un mercado en expansión con metas europeas claras

La Unión Europea impulsa desde hace años una transición energética en el sector del transporte. Una normativa aprobada en 2023 exige que los nuevos camiones pesados reduzcan sus emisiones en un 90% para 2040 respecto de los niveles de 2019. Para cumplir con ese objetivo, las automotrices deben avanzar en tecnologías limpias. Entre ellas, el hidrógeno es una de las candidatas más fuertes.

El precio actual de un sistema de celdas de combustible aún es alto. Se estima que el costo ronda los EUR 70.000 por unidad en configuraciones para camión. Pero Cellcentric confía en que, al industrializar el proceso, podrá reducir los valores. El objetivo es acercar el costo total de estos camiones al de los modelos diésel tradicionales en los próximos cinco a siete años.

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Daimler y Volvo unieron fuerzas en 2021 para desarrollar una solución común para el transporte pesado sin emisiones.

En paralelo, países como Alemania, Francia y España están invirtiendo en infraestructura para cargar hidrógeno. A fines de 2024, se espera que existan más de 300 estaciones de carga de hidrógeno en funcionamiento en Europa. En 2030, se proyecta que ese número supere las 1.000.

Según datos de la consultora IDTechEx, en 2023 se vendieron menos de 2.000 camiones con celdas de hidrógeno a nivel global. Pero los analistas prevén un salto fuerte entre 2027 y 2030, con ventas anuales que podrían superar las 60.000 unidades.

Cellcentric apuesta a estar lista para ese momento. La planta de Esslingen funciona como campo de pruebas para ajustar el diseño, mejorar los tiempos de producción y validar cada pieza antes de escalar. No se trata solo de fabricar en serie, sino de garantizar durabilidad, rendimiento y eficiencia en condiciones reales de uso.

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