Por Hans-Dieter Holtzmann (*)
Fundación Friedrich Naumann en la Argentina
Buenos Aires – Luego de más de dos décadas de negociaciones intermitentes, el Acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea logró finalmente concluir en diciembre de 2024. El paso siguiente, ahora crucial, es su ratificación por parte de los países miembros de ambos bloques. En este contexto, Argentina e Italia emergen como actores fundamentales para viabilizar este proceso.

Ambas naciones comparten una historia entrelazada por la inmigración, los lazos culturales y una afinidad social sostenida a lo largo del tiempo. Sin embargo, esta densidad simbólica no se ha traducido en una relación económica del mismo calibre. En un contexto global de transformación geopolítica y búsqueda de nuevos motores de crecimiento, el acuerdo aparece como una herramienta estratégica para revitalizar este vínculo.
Un acuerdo estratégico en tiempos de incertidumbre
Tradicionalmente se ha prestado especial atención a las posiciones de países como Brasil, Francia y Alemania. Sin embargo, el análisis del economista Eugenio Marí, presentado en Buenos Aires el pasado 27 de marzo en un evento organizado por la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad y la Fundación Libertad y Progreso, pone el foco en la relevancia del eje en Argentina e Italia. El policy paper “Acuerdo Mercosur – Unión Europea y su Potencial para las Relaciones Argentina – Italia” examina las bases históricas, las relaciones comerciales actuales y las oportunidades a futuro.
El análisis parte de un diagnóstico compartido: tanto Argentina como Italia atraviesan un prolongado período de estancamiento económico, agravado por dinámicas internas de polarización política y debilitamiento institucional. Sin embargo, también identifica una ventana de oportunidad concreta. El acuerdo birregional permitiría activar mecanismos de liberalización comercial, atracción de inversiones y cooperación tecnológica que, bien ejecutados, podrían iniciar una nueva etapa de crecimiento conjunto.
El acuerdo Mercosur–UE aparece así como un instrumento para remover barreras estructurales, promover reglas comunes y facilitar el ingreso a cadenas de valor más competitivas. Las fortalezas agrícolas y energéticas de Argentina y las capacidades industriales y tecnológicas de Italia componen una ecuación complementaria que el tratado ayudaría a escalar.

El desafío de convertir oportunidades en acción
La entrada en vigor permitiría relanzar una relación bilateral. No obstante, los beneficios económicos del acuerdo no garantizan por sí solos su implementación. La aprobación en la Unión Europea podría demorarse por la oposición de sectores agrícolas y ambientales, y en ese tablero Italia, tercera economía del bloque y con peso decisivo en el Parlamento Europeo, tiene un rol clave. Del lado argentino, el gobierno actual mostró un claro apoyo a la apertura comercial, pero su visión crítica del multilateralismo y su relación con el Mercosur introducen algunas incógnitas. En este sentido, el liderazgo político será determinante. Argentina e Italia tienen hoy una oportunidad irrepetible para actualizar su vínculo en clave del siglo XXI. El Acuerdo Mercosur – Unión Europea ofrece el marco institucional para hacerlo. Sin embargo, será necesario el liderazgo político para convertir el potencial en realidad. El compromiso con una mayor integración productiva, la atracción de inversiones de calidad y una visión conjunta del desarrollo serán determinantes. Es tiempo de construir, desde ambos lados del Atlántico, una nueva etapa de cooperación y crecimiento compartido.
(*) Dr. Hans-Dieter Holtzmann es Director de Proyecto de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Sobre la Friedrich Naumann Stiftung:
La Friedrich Naumann Stiftung (FNS, por sus siglas en Alemán) fue fundada en 1958 y tiene su sede en Potsdam. Su objetivo es la promoción de la ideología del liberalismo a nivel internacional, fomentando la liberalización económica. Fundada por Theodor Heuss, miembro del Partido Democrático Libre (Freie Demokratische Partei, FDP) en memoria de Friedrich Naumann. La FNS es considerada la tercera más grande y más antigua de las fundaciones políticas alemanas.
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