Buenos Aires (AT) – El campo alemán atraviesa un momento crítico. El agua en las capas superiores del suelo se encuentra hasta un 20% por debajo de los valores mínimos históricos en varias regiones, sobre todo en el norte. La falta de lluvias durante febrero, sumada a un marzo sin precipitaciones, dejó a los cultivos jóvenes sin la humedad necesaria para crecer. Abril no trajo alivio. En su primera semana, tampoco se registraron lluvias.
Joachim Rukwied, presidente de la Asociación de Agricultores Alemanes, resumió el panorama: “Estamos esperando la lluvia con urgencia”. La situación ya empieza a reflejarse en la producción. Los sembradíos muestran señales de estrés. El suelo seco no permite una germinación adecuada. La preocupación se extiende a todo el sector agropecuario.
En el sur del país, el nivel del agua del Lago de Constanza se encuentra por debajo del promedio habitual. En algunas zonas, la situación es visible a simple vista. En la isla de Hoy, la más pequeña del lago, es posible llegar caminando desde la orilla. El muelle del Untersee, una sección más pequeña del mismo lago, ya se secó por completo.
Barcos con menos carga y más incendios

El descenso en el nivel de los ríos también trajo consecuencias para el transporte. En el Rin, a la altura de Colonia, el agua se encuentra a 1,54 metros. Esto representa la mitad de lo normal para esta época del año. La navegación se vuelve más compleja. Algunos barcos deben reducir su carga para evitar encallar. La empresa siderúrgica Thyssenkrupp ya comenzó a transportar menos toneladas por viaje, aunque por ahora no se ha interrumpido el suministro de materias primas.
La sequía también elevó el riesgo de incendios forestales. El Servicio Meteorológico Alemán emitió advertencias para varias zonas del país. En la región de Sauerland, los bomberos combatieron dos incendios de gran magnitud en apenas dos días. Las condiciones del suelo seco y el aire cálido favorecen la propagación del fuego.
Los árboles, debilitados por la falta de agua, presentan una menor capacidad para resistir plagas. Esto preocupa a los responsables del manejo forestal, que ya enfrentan problemas similares desde hace varios años debido al cambio climático. Las consecuencias afectan no solo al ambiente, sino también a la producción de madera y al equilibrio ecológico de los bosques.
Riesgo para la cosecha y expectativa de lluvias

Steffi Lemke, ministra de Medio Ambiente saliente, advirtió sobre los efectos de la sequía. “Incluso en primavera, ya es demasiado seco en muchas partes de Alemania. Agricultura y silvicultura, pero también toda la sociedad, sentimos el impacto de la crisis climática”, expresó. También dejó abierta la posibilidad de que la cosecha se vea afectada si el clima no cambia en los próximos días.
La falta de agua no solo representa un problema para los agricultores. Las consecuencias económicas podrían ampliarse si persisten las condiciones actuales. La disminución en el rendimiento de los cultivos puede elevar los precios de los alimentos. El transporte por vía fluvial, más económico que por camión o tren, también podría seguir perdiendo eficiencia.
El pronóstico para la semana siguiente ofrece un posible alivio, al menos para el oeste del país. Se espera que llueva en ciudades como Friburgo y Colonia. Esto podría elevar los niveles del Rin y otros cursos de agua. Sin embargo, los expertos advierten que una sola semana de lluvia no basta para revertir los efectos acumulados de varios meses secos.
Por el momento, el campo alemán continúa esperando. Sin lluvias regulares, los suelos seguirán perdiendo humedad, los incendios serán más frecuentes, y el impacto sobre la economía rural se profundizará. La sequía dejó de ser una amenaza estacional para convertirse en una realidad constante. Y esa realidad exige respuestas.
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