Buenos Aires (AT) – Volkswagen dio a conocer esta semana su modelo más ambicioso en movilidad urbana: el primer robotaxi de producción en serie de Europa. La propuesta, centrada en eficiencia, seguridad y autonomía total, anticipa un nuevo escenario para el transporte público.
Volkswagen presentó este martes en Hamburgo el ID Buzz AD (por “autonomous driving”), su primer modelo de vehículo 100% eléctrico y autónomo, diseñado para operar sin conductor a partir de 2027. El proyecto comenzará en Hamburgo y Los Ángeles, con vistas a expandirse a otras ciudades.
El vehículo está equipado con 13 cámaras, nueve sistemas LIDAR y cinco radares, capaces de interpretar en tiempo real el entorno y responder de forma completamente autónoma. La operación estará a cargo de Moia, la filial de transporte compartido del grupo VW.

Limitaciones actuales del sistema
Aunque Volkswagen destaca que se trata del primer robotaxi de serie europeo, el sistema operativo tiene restricciones. Por el momento, solo podrá circular dentro de zonas predefinidas (en el caso de Hamburgo, ni siquiera cubre toda el área metropolitana), y requerirá un centro de control remoto que supervise su actividad.
Además, la autorización para circular sin un conductor de seguridad a bordo aún no ha sido concedida. En consecuencia, el vehículo no estará disponible para particulares, sino solo para operadores de flotas urbanas.

La estrategia alemana para liderar el sector
El gobierno federal tiene como meta posicionar a Alemania como líder en movilidad autónoma, según está estipulado en el acuerdo de coalición vigente. Pero la falta de una estrategia centralizada ha ralentizado el desarrollo del sector.
Ricco Kämpfer, experto en movilidad autónoma de la consultora P3, aseguró que hasta ahora “el Estado distribuyó los fondos de forma dispersa, sin continuidad ni coordinación”, lo que impidió escalar los programas piloto. Además, consideró que hace falta una inversión inicial de al menos mil millones de euros para pasar del testeo al servicio regular.

Un desafío también financiero y logístico
El despliegue de flotas autónomas a gran escala presenta un clásico problema de “huevo y gallina”: sin demanda firme, los fabricantes no producen; y sin vehículos listos, los operadores no invierten. VW busca romper ese ciclo produciendo el ID Buzz AD en serie en su planta de Hannover, junto con el resto de los modelos ID.
Por ahora, no hay cifras oficiales sobre la cantidad de unidades previstas. Pero VW adelantó que el modelo solo es viable con grandes volúmenes de producción. En EE.UU., se proyecta el despliegue de miles de unidades junto a Uber durante la próxima década.

Críticas desde el transporte público
El presidente del Verband Deutscher Verkehrsunternehmen (VDV), Ingo Wortmann, reclamó que se unifiquen los criterios y que se abandonen los proyectos locales desconectados. “Necesitamos pasar a operaciones reales, no más laboratorios”, sostuvo.
Wortmann señaló que los nuevos sistemas deben estandarizarse para facilitar su adopción masiva. Además, reclamó inversiones escalables: “Hacen falta mil millones de euros para lanzar la operación y al menos dos mil millones más para mantenerla y expandirla”.
Por su parte, Kämpfer cuestionó que el ID Buzz AD no tiene suficiente capacidad de pasajeros ni cumple con criterios de accesibilidad. Afirmó que “la automatización del transporte urbano debería centrarse en colectivos más grandes, no en vans limitadas”.

Un camino complejo, pero inevitable
El mercado de los robotaxis ha tenido altibajos. Ford abandonó su proyecto conjunto con VW en 2022. General Motors detuvo su filial Cruise en 2024, tras un accidente grave en San Francisco. VW, en cambio, sostiene que desde 2021 no registró incidentes en sus pruebas en Múnich y Hamburgo.
Durante la fase de pruebas, los vehículos transportaron solo empleados de la compañía. Pero según Moia, este año comenzará una fase beta con usuarios externos y 25 unidades en condiciones reales de tránsito. El inicio del servicio está previsto ahora para 2027.

Una oportunidad para mirar desde el Sur
El caso del ID Buzz AD refleja los desafíos estructurales del transporte urbano del futuro: integración tecnológica, regulación clara y financiamiento público-privado. Argentina, con sus ciudades altamente urbanizadas y déficit en transporte sustentable, podría aprender de estas experiencias. La aplicación de modelos mixtos de movilidad, combinando colectivos tradicionales con vehículos autónomos en corredores definidos, podría ser una opción viable. Pero será indispensable construir consensos normativos, contar con infraestructura adaptada y promover el desarrollo local de tecnología.

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