Buenos Aires (AT) – Xiaomi confirmó la instalación de un centro de investigación y desarrollo en la ciudad de Múnich, Alemania, con el objetivo de avanzar en el desarrollo de sus vehículos eléctricos. El anuncio refuerza la apuesta de la compañía por el mercado europeo y busca adaptar su producto insignia, el SU7, al gusto y las exigencias del consumidor del continente.
La elección de Múnich no es casual: la capital bávara es sede de grandes automotrices como BMW y un centro neurálgico del ecosistema automotor europeo. De acuerdo con Christoph Angerbauer, de la Cámara de Comercio e Industria de Múnich y Alta Baviera, la apertura podría concretarse hacia fines de mayo. “Celebramos toda inversión extranjera seria y no tenemos objeciones hacia las empresas chinas”, señaló el funcionario.

El SU7: competencia directa con la alta gama alemana
El modelo SU7 fue lanzado en China a fines de 2023 y generó un gran impacto en el mercado local. Con un diseño que recuerda al Porsche Taycan, el vehículo eléctrico de Xiaomi busca posicionarse como una opción deportiva de alta gama a un precio considerablemente más bajo. Mientras que en Europa modelos similares superan los 60.000 euros, Xiaomi ofrece su versión desde los 30.000 euros en su mercado de origen.
Incluso antes de su desembarco en Europa, el SU7 batió un récord de velocidad en el célebre circuito de Nürburgring en el otoño de 2024, alcanzando los 1.549 caballos de fuerza. Sin embargo, también ha enfrentado controversias: en abril, tres personas murieron en China al accidentarse un modelo con conducción autónoma.

Una estrategia de adaptación al consumidor europeo
Para el experto en movilidad Stefan Bratzel, director del Center of Automotive Management en Bergisch Gladbach, el centro de Múnich permitirá ajustar software, diseño y prestaciones a los requerimientos europeos. “Los fabricantes chinos necesitan interpretar mejor el gusto local, y eso requiere un equipo de desarrollo ubicado en Europa”, declaró en diálogo con BR24.
Xiaomi, como otras automotrices chinas, ha comenzado a incorporar talento europeo para sus proyectos. En el caso de Múnich, medios especializados informaron que el equipo incluirá a cinco ex ejecutivos de BMW y a un experto en aerodinámica proveniente de la escudería Ferrari de Fórmula 1. En total, se estima que unas 50 personas trabajarán en el nuevo centro de I+D, mientras que en Düsseldorf se desarrollará un equipo comercial.

China produce más de lo que puede vender en casa
El interés de Xiaomi por Europa responde también a un problema estructural del sector en China: la sobreproducción. Pese a ser el mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo, el país asiático ha incentivado fuertemente este sector como parte de su plan “Made in China 2025”, lo que ha provocado una proliferación de fabricantes y una capacidad instalada muy superior a la demanda local.
En este contexto, las exportaciones son una necesidad para sostener el modelo de negocio. Sin acceso al mercado estadounidense por las barreras arancelarias impuestas por las administración de Donald Trump, Europa se vuelve el destino prioritario para los vehículos chinos.

Europa, una meta con obstáculos arancelarios
La Unión Europea ha adoptado medidas defensivas frente a esta oleada de vehículos eléctricos importados. En otoño de 2024, se impusieron aranceles de hasta el 35 % sobre autos chinos, una decisión que contó con la oposición de Alemania. El motivo: muchas marcas alemanas, como BMW, también producen modelos en China para su venta global, por lo que un endurecimiento comercial podría afectar también a sus propios intereses.
En este contexto, el establecimiento de centros de investigación e incluso futuras plantas de fabricación en suelo europeo aparece como una estrategia para mitigar las barreras y legitimarse ante los reguladores y consumidores del continente.

Fabricación local: una posibilidad a mediano plazo
Según Bratzel, es muy probable que marcas como Xiaomi o Chery comiencen a fabricar vehículos en Europa dentro de tres a cinco años. “Esto ya se discute a nivel político en China”, aseguró el especialista, aunque advirtió que las plantas no estarían en Alemania, sino en países con menores costos laborales como España, Portugal o el sudeste europeo.
El desafío para la industria alemana es doble: resistir la competencia en el corto plazo y recuperar liderazgo tecnológico para cuando los nuevos actores estén plenamente establecidos en el continente.

Un nuevo jugador global con ambiciones claras
Con esta movida, Xiaomi no solo busca diversificar su portafolio más allá de los teléfonos inteligentes, sino también posicionarse como un actor relevante en la transición hacia la movilidad eléctrica global. La apertura del centro en Múnich marca un paso clave para su internacionalización en un sector tan competitivo como regulado.

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