Buenos Aires (AT) – El panorama económico de Alemania y la zona euro comienza a mostrar señales de mejoría tras el acuerdo político alcanzado en Berlín. Friedrich Merz, quien está en camino a asumir la cancillería, logró pactar con Los Verdes un aumento en la deuda estatal destinado a fortalecer la inversión en defensa e infraestructura. Este cambio levantó expectativas positivas en los mercados y en la comunidad de analistas económicos, que ahora ajustan sus previsiones de crecimiento para los próximos años.
Los economistas ya mostraban una visión más optimista sobre el desempeño económico antes de la confirmación de este acuerdo. Una encuesta de Reuters realizada entre el 10 y el 14 de marzo reflejó la primera pausa en una serie de ajustes a la baja de las previsiones de crecimiento de la zona euro para 2025, dejando la estimación en 0,9%. Además, los expertos elevaron sus expectativas para 2026 a 1,3%, desde el 1,2% estimado el mes anterior.
Un cambio político sin precedentes desde 1989
Las reformas impulsadas por Merz y su alianza con los socialdemócratas representan una de las transformaciones políticas más profundas en Alemania desde la reunificación del país tras la caída del Muro de Berlín. Su propuesta busca romper con la estricta disciplina fiscal que ha caracterizado a las administraciones alemanas durante las últimas décadas, lo cual permitiría un mayor margen de maniobra para impulsar la economía mediante el gasto público.

Los datos más recientes sobre el desempeño de la economía alemana indican que el crecimiento para 2025 se mantendría en 0,2%, con una aceleración hasta 1,1% en 2026. En comparación, una encuesta similar realizada en enero proyectaba un incremento del 1,0% para el próximo año. Estas cifras podrían quedar obsoletas si el nuevo plan económico logra ejecutarse con éxito, aunque algunos expertos advierten que todavía es pronto para medir su impacto.
Carsten Brzeski, jefe de análisis macroeconómico en ING, señaló a Reuters que el acuerdo era prácticamente un hecho y que, en cuestión de días, las expectativas cambiaron de manera drástica. “Hace apenas dos días, la posibilidad de que este pacto fracasara era elevada”, comentó. Según sus estimaciones, el crecimiento en Alemania podría aumentar en 0,5 puntos porcentuales en 2025, lo que implicaría ajustes al alza de entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales para la zona euro en su conjunto.
Varios analistas ya están revisando sus proyecciones para 2026 con aumentos más marcados en sus previsiones de crecimiento. Sin embargo, hay preocupaciones relacionadas con el contexto internacional, especialmente en lo que respecta al comercio global y las tensiones entre Europa y Estados Unidos.
Amenaza de una nueva guerra comercial con Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene una postura agresiva en materia de comercio exterior, lo que podría frenar el impulso económico europeo. La posibilidad de nuevos aranceles contra productos europeos genera incertidumbre entre los inversionistas y gobiernos del bloque.

Trump anunció que evalúa imponer un arancel del 200% sobre los vinos y licores europeos en respuesta a las nuevas tarifas que la Unión Europea aplicará a productos estadounidenses a partir del próximo mes. Esta medida llega tras la entrada en vigor de un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio en Estados Unidos.
Para algunos economistas, el impacto de estas tensiones comerciales podría ser más fuerte que los beneficios del nuevo estímulo fiscal alemán. Fabio Balboni, economista senior para Europa en HSBC, considera que las restricciones comerciales impulsadas por la Casa Blanca podrían opacar cualquier intento de reactivación económica en el corto plazo. “El margen de maniobra del gasto público para impulsar la actividad económica es reducido, mientras que el efecto de los aranceles sobre el comercio y la producción es mucho más amplio”, explicó.
El Banco Central Europeo en una posición difícil
En medio de estos cambios políticos y económicos, el Banco Central Europeo (BCE) tiene por delante un escenario complejo. La institución recortó su tasa de depósito clave por sexta vez desde junio, situándola en 2,50% la semana pasada. No obstante, su presidenta, Christine Lagarde, evitó confirmar si los recortes continuarán en los próximos meses, argumentando que el nivel de incertidumbre en los mercados es “fenomenal”.
Los analistas encuestados por Reuters prevén que la inflación en la zona euro se mantendrá por encima del objetivo del 2% del BCE al menos hasta 2026, lo que podría limitar la capacidad de la entidad para seguir reduciendo tasas.
A pesar de los estímulos monetarios recientes, casi el 55% de los economistas consultados (40 de 73) cree que el BCE aplicará solo dos reducciones adicionales de 25 puntos básicos este año, probablemente una en abril y otra en el tercer trimestre. Esto contrasta con las previsiones del mes pasado, que sugerían una serie de recortes consecutivos hasta al menos julio.
Además, casi el 40% de los expertos (23 de 62) cree que el BCE podría decidir hacer una pausa en abril para evaluar el impacto de los cambios recientes. Bas van Geffen, estratega macroeconómico en Rabobank, expresó que los argumentos a favor de una pausa se han fortalecido. “Abril sigue siendo una incógnita, pero cada vez hay más razones para considerar una pausa en los recortes”, señaló.
Si la actividad económica muestra mayor dinamismo del esperado y la inflación continúa alta debido a los efectos de los aranceles y el nuevo estímulo fiscal, la ventana para más reducciones de tasas podría cerrarse antes de lo previsto.
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