Buenos Aires (AT) – La industria manufacturera alemana registró un nuevo crecimiento en los pedidos de fábrica durante abril. El aumento fue del 0,6% respecto a marzo, informó la oficina federal de estadísticas Destatis. Se esperaba una caída del 1%. En lugar de eso, las órdenes continuaron en alza por segundo mes consecutivo. En marzo, los pedidos habían subido 3,4%, una cifra revisada al alza en los últimos días.
Este repunte llega en un contexto de tensiones comerciales. A fines de marzo, la administración de Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump, impuso aranceles adicionales a productos industriales europeos. Analistas preveían que esas medidas afectarían de manera inmediata al sector exportador alemán. Sin embargo, al menos hasta abril, las cifras oficiales no confirman ese impacto.
Al excluir los pedidos de gran escala —contratos con volúmenes inusuales—, el crecimiento fue más moderado: 0,3%. Aun así, sigue siendo un dato positivo. En comparación interanual, el aumento fue del 4,8%. En marzo, la suba anual había sido de 3,7%.

El crecimiento de abril se vio impulsado por los pedidos de bienes de capital. Estos productos —que incluyen maquinaria, vehículos industriales y equipamiento para fábricas— crecieron 4,1% respecto a marzo. En cambio, los pedidos de bienes intermedios cayeron 3,4%, y los de bienes de consumo bajaron 5,9%.
Diferencias entre demanda interna y externa
La demanda dentro de Alemania fue el principal motor del repunte. Los pedidos domésticos aumentaron 2,2% en comparación con marzo. Las órdenes desde el extranjero cayeron levemente, con una baja del 0,3%. Al desagregar por origen, se observa que los pedidos desde fuera de la eurozona disminuyeron 0,9%, mientras que los provenientes del área del euro crecieron 0,5%.
El desglose muestra una brecha entre la demanda europea y la demanda global. Si bien las cifras generales aún no muestran un daño profundo por los aranceles estadounidenses, el retroceso de las órdenes extrazona podría reflejar una reacción incipiente de mercados más allá del bloque europeo.
La situación se da en medio de una desaceleración de la economía alemana. En 2024, el producto interno bruto cayó 0,3% según Eurostat, arrastrado por el bajo consumo y una inversión estancada. Las exportaciones también se vieron afectadas por la desaceleración global. Frente a este panorama, el dato de abril ofrece una señal de alivio.
Facturación y perspectivas a corto plazo
No todo fueron buenas noticias. A pesar del aumento en los pedidos, el volumen real de facturación manufacturera cayó 1,5% en abril, en comparación con el mes anterior. En marzo, la facturación había crecido 2,3%. En términos interanuales, la caída fue de 1,0%.

Esto indica que las fábricas aún no logran transformar el crecimiento de pedidos en ventas efectivas. Una posible explicación es el desfase entre la recepción de nuevas órdenes y su ejecución en la producción. Otra posibilidad es que algunos contratos aún no se hayan concretado del todo.
Carsten Brzeski, economista jefe para Europa de ING, señaló que los datos de abril son el primer indicador industrial concreto tras el “Día de la Liberación” anunciado por Trump, en referencia al giro proteccionista. Brzeski sostuvo que, por ahora, no se observa una reversión brusca del llamado efecto de adelanto (frontloading), fenómeno por el cual empresas adelantan compras antes de que entren en vigor nuevas tarifas.
Para el economista, el incremento en los libros de órdenes sugiere que la recuperación cíclica de la industria alemana sigue en marcha, aunque con desafíos. La evolución en los próximos meses dependerá de varios factores: el impacto real de los aranceles, la inflación en Europa —que en mayo fue del 2,6% anual según Eurostat— y la política monetaria del Banco Central Europeo, que podría reducir las tasas este mes.
Un sector que sigue en tensión
Alemania es el principal exportador industrial de Europa. Su sector manufacturero representa casi un 20% del PBI, con productos clave como automóviles, maquinaria y equipamiento electrónico. En 2023, las exportaciones industriales superaron los EUR 1,4 billones, con China, Estados Unidos y Francia como principales destinos.
Los últimos datos aportan algo de oxígeno a un sector que venía golpeado. Sin embargo, los analistas recomiendan cautela. El entorno internacional continúa inestable. A la tensión con Estados Unidos se suma la ralentización económica en China, donde las importaciones de productos alemanes cayeron 8% en el primer trimestre de 2025.
La reacción de los mercados fue prudente. El índice DAX de Fráncfort cerró el jueves con una suba marginal del 0,2%, mientras que las acciones de empresas industriales como Siemens y BASF registraron leves avances.
El gobierno alemán, por su parte, mantiene sus previsiones moderadas. El Ministerio de Economía espera un crecimiento económico del 0,3% para todo 2025. Apuesta a una estabilización del comercio y a una recuperación del consumo interno como motores del rebote.
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