La policía alemana ha reactivado esta semana un importante operativo de búsqueda en el caso de Rebecca Reusch, la adolescente de 15 años desaparecida el 18 de febrero de 2019 en Berlín. Más de seis años después, y con el principal sospechoso aún libre, las autoridades retomaron excavaciones en dos propiedades de la región de Brandeburgo, donde sospechan que el cuerpo de la joven podría haber sido ocultado.
Un nuevo indicio, un viejo sospechoso
Según confirmó Michael Petzold, vocero de la Fiscalía de Berlín, la reapertura fue motivada por “nuevas evidencias” que permitieron obtener una orden judicial para allanar dos terrenos vinculados al principal sospechoso del caso: Florian R., cuñado de Rebecca y pareja de su hermana.
Las autoridades creen que el hombre, actualmente de 33 años, pudo haber trasladado el cuerpo de la menor –junto con otros objetos personales– a las propiedades de sus abuelos en Tauche y Herzberg, ubicadas en el distrito Oder-Spree de Brandeburgo. Estas hipótesis llevaron al despliegue de más de 100 efectivos, apoyados por perros rastreadores, drones, un radar de suelo y hasta excavaciones con maquinaria pesada.
El día que desapareció Rebecca
Rebecca había pasado la noche anterior a su desaparición en la casa de su hermana en el barrio berlinés de Neukölln. Su cuñado había regresado a la madrugada tras asistir a una fiesta. Al día siguiente, cuando la madre de la adolescente intentó contactarla para despertarla e ir al colegio, no obtuvo respuesta. A los pocos minutos, llamó a Florian R., quien primero rechazó la llamada y luego afirmó que Rebecca ya había salido rumbo a la escuela. Pero la joven nunca llegó ni fue vista desde entonces.
El rastro del auto familiar
El Renault Twingo color frambuesa de la familia fue captado por un sistema de reconocimiento de patentes circulando por la autopista A12 en dirección a Polonia el mismo día y al siguiente de la desaparición. Según los investigadores, solo Florian R. tenía acceso al vehículo en ese momento. Las cámaras lo ubicaron también cerca de Tauche, lo que refuerza la sospecha de que pudo haber utilizado ese trayecto para deshacerse del cuerpo.
El coche fue analizado en busca de restos biológicos y fibras de una manta que desapareció junto a Rebecca, pero los resultados no fueron concluyentes.
Una investigación marcada por idas y vueltas
Florian R. fue detenido en dos ocasiones en 2019. La primera vez fue liberado rápidamente por falta de pruebas. Luego, tras una apelación de la fiscalía, volvió a prisión preventiva durante casi tres semanas, pero nuevamente fue excarcelado. La fiscalía aclaró entonces que la decisión era “razonable en función de la evidencia disponible en ese momento”.
A pesar de su liberación, Florian R. nunca dejó de estar bajo sospecha para la Justicia. Los investigadores mantienen la hipótesis de que Rebecca no salió con vida de su casa aquella mañana.
Excavaciones, dudas y llamados a testigos
Los operativos actuales incluyen la búsqueda en un terreno de medio hectárea en Herzberg, donde los abuelos del sospechoso vivieron hasta 2005. También se inspeccionaron garajes, un edificio abandonado, tanques subterráneos y zonas boscosas cercanas. Según un vocero policial, “no se descarta encontrar pruebas relacionadas con Rebecca o incluso restos humanos”.
Sin embargo, hasta el martes no se habían reportado hallazgos concretos. Mientras tanto, la policía relanzó un llamado a testigos: busca a personas que hayan visto el Twingo frambuesa cerca de Tauche o la autopista A12 entre el 18 y 19 de febrero de 2019. Se distribuyeron volantes en la región con el objetivo de recolectar nuevos datos.
Un caso que sigue conmoviendo
Desde 2019, la policía recibió más de 3.200 pistas relacionadas con el caso Rebecca Reusch. Aunque se investigaron huesos hallados en diferentes puntos de Berlín y Brandeburgo, todos resultaron ser restos animales. La familia de la joven, según informes de prensa, ha seguido apoyando públicamente al cuñado, pese a las sospechas.
El caso, sin resolución y cargado de interrogantes, ha marcado profundamente a la opinión pública alemana. Ahora, con esta nueva etapa en la investigación, se renueva la esperanza –y también la presión– de finalmente encontrar respuestas. ¿Qué pasó con Rebecca? ¿Dónde está? Y, sobre todo, ¿por qué aún no se pudo probar lo que desde hace años se sospecha?
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