Buenos Aires (AT) – La muerte del papa Francisco dejó, como era de esperar, una serie de mensajes y reconocimientos en Alemania y el mundo. Desde referentes políticos hasta autoridades eclesiásticas expresaron admiración por un pontífice que rompió moldes, desafió tradiciones y se mantuvo firme en su decisión de llevar la Iglesia hacia los márgenes. En cada gesto, en cada mensaje, dejó en claro que su prioridad eran los que no tenían voz.
Durante más de una década, Francisco buscó una Iglesia cercana, sencilla y presente en los conflictos del mundo real. En Alemania, una sociedad marcada por el debate sobre el rol de la religión en la esfera pública, el mensaje del papa repercutió con fuerza. El recuerdo de su figura reúne opiniones diversas pero convergentes: fue un líder que eligió servir.
El respaldo político a un pontífice incómodo
Frank-Walter Steinmeier, presidente de Alemania, expresó que con la muerte de Francisco, “el mundo ha perdido un faro luminoso de esperanza”. Destacó su capacidad para conmover a las personas con su “modestia, espontaneidad y humor”, características que le permitieron acercarse a los más necesitados. Según Steinmeier, muchos que se sentían olvidados “se sintieron escuchados, vistos y comprendidos por él”.
Por su parte, Olaf Scholz, canciller en funciones de Alemania, también destacó la figura de Francisco, afirmando que la Iglesia y el mundo habían perdido “un defensor de los débiles, un reconciliador y una persona de cálido corazón”. Añadió que su visión clara sobre los desafíos del mundo era algo que él personalmente apreciaba.

La visión reformadora
Uno de los aspectos más destacados del papado de Francisco fue su firme apuesta por la reforma de la Iglesia. Desde su elección, mostró una determinación inquebrantable para cambiar lo que consideraba estructuras obsoletas y desvinculadas de la realidad social. El teólogo alemán Daniel Bogner, profesor de Teología Moral y Ética en la Universidad de Friburgo, considera que Francisco pasará “sin duda a la historia del cristianismo como un gran papa”. Según Bogner, su vida sencilla y sus acciones concretas lograron más que muchos de sus predecesores en la lucha por acercar la Iglesia a los problemas del mundo contemporáneo.
“El mensaje duradero de su pontificado es que la Iglesia no está ahí para sí misma, sino para dar testimonio de esperanza y de una vida mejor en la desesperanza de nuestro tiempo”, señaló Bogner. Para él, Francisco será recordado como el papa que “se atrevió a dar los primeros pasos necesarios hacia una auténtica reforma de la Iglesia”.
Michael Seewald, teólogo de la Universidad de Münster, también subrayó la faceta reformista del papa. Afirmó que Francisco logró “romper rigideces”, en particular en el tratamiento de temas como el divorcio y las parejas del mismo sexo, lo que cambió profundamente la cultura eclesial. “La acción pastoral centrada en el individuo más allá de las anteojeras dogmáticas era increíblemente importante para él”, añadió Seewald. Para él, el proceso sinodal que inició Francisco representó “el mayor proceso de consulta de la historia de la Iglesia Católica”.
El impacto de Francisco
A lo largo de su pontificado, promovió un acercamiento a los más pobres y marginados. La lucha contra la pobreza y la desigualdad era una de sus banderas. Y su crítica constante a las élites económicas y políticas fue uno de los aspectos más destacados de su papado.

En este sentido, Friedrich Merz, destacó que Francisco será recordado por su “incansable compromiso con los más débiles de la sociedad, por la justicia y la reconciliación”. Según Merz, su humildad y su fe en la misericordia de Dios fueron sus principios rectores, que le permitieron conmover a personas de todo el mundo, “más allá de las fronteras confesionales”.
El obispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, recordó que Francisco “empezó muchas cosas que ya no tienen marcha atrás”, refiriéndose a las reformas que implementó en la Iglesia, especialmente en el proceso sinodal. Según Bätzing, el camino iniciado por Francisco hacia una Iglesia sinodal es irreversible, y se consolida con las dos Asambleas Generales del Sínodo Mundial de 2023 y 2024.
La excanciller Angela Merkel, que compartió varias conversaciones con Francisco, también subrayó su preocupación constante por aquellos que no podían alzar la voz por sí mismos. “No temía incomodar”, afirmó Merkel. En sus charlas, Francisco abogó por “tender puentes incluso en conflictos aparentemente insalvables”, una actitud que lo convirtió en un verdadero “amigo de la humanidad”, cuya voz se echará de menos, agregó Merkel.
Un futuro incierto
El impacto de Francisco en la Iglesia y el mundo no solo se limita a sus enseñanzas y actos. La elección de su sucesor será clave para determinar la dirección futura de la Iglesia Católica. Los expertos coinciden en que el cónclave para elegir al nuevo papa será más largo y complejo debido a la diversidad de cardenales que Francisco nombró durante su pontificado.

Thomas Schüller, experto en derecho canónico, opinó que el cónclave será más difícil de predecir debido a la heterogeneidad del Colegio Cardenalicio. “Muchos de los cardenales nombrados por Francisco provienen de los más diversos rincones del mundo y no se pueden clasificar fácilmente en facciones concretas”, señaló Schüller. A su vez, destacó que el principal mérito de Francisco fue romper con el eurocentrismo de la Iglesia y expandir sus fronteras, lo que se refleja en la representación global del Colegio Cardenalicio.
La continuación del curso reformista de Francisco dependerá de quién sea elegido su sucesor. Pero como señaló Schüller, “una vez que se despierta este espíritu de libertad, no se puede volver a meter en la botella”. Francisco, el primer papa sudamericano, empoderó a los fieles para que tomaran un papel activo en la Iglesia, algo que puede tener repercusiones importantes.
(AT / jm)
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