Buenos Aires (AT) – A dos meses de las elecciones parlamentarias en Alemania, una encuesta de opinión posiciona nuevamente al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) por encima de la coalición conservadora CDU/CSU. Con un 26% de intención de voto, el partido alcanza su nivel más alto desde su creación. La alianza conservadora queda relegada al segundo lugar con el 25%. El Partido Socialdemócrata (SPD) desciende al 15%, lo que pone en jaque la posibilidad de mantener una mayoría parlamentaria.
Los datos provienen de un sondeo elaborado por el instituto Forsa, encargado por RTL y ntv. La encuesta se realizó entre el 15 y el 17 de abril de 2025 e incluyó entrevistas a 1.502 ciudadanos. El margen de error declarado por la consultora es de +/- 2,5 puntos porcentuales. Aunque estas cifras no representan resultados definitivos, sí ofrecen una fotografía del momento político alemán.
La ultraderecha alcanza un nuevo techo electoral

La AfD, señalada por numerosos sectores como una formación de extrema derecha, logró escalar seis puntos porcentuales desde las elecciones federales, donde había obtenido el 20,8% de los votos. Su ascenso, sostenido en los últimos meses, confirma una tendencia que inquieta tanto a dirigentes políticos como a organizaciones sociales y de derechos humanos.
El partido ha consolidado su presencia en regiones del este del país, pero también ha empezado a ganar terreno en estados del oeste, donde antes contaba con menor respaldo. La crisis migratoria, el debate sobre la transición energética, el malestar económico y la desconfianza hacia las élites tradicionales figuran entre los factores que explican este repunte.
Los líderes de la AfD mantienen un discurso crítico con las políticas de Bruselas y con el apoyo de Alemania a Ucrania. También se han manifestado en contra de las medidas climáticas impulsadas por el actual gobierno. Su mensaje busca interpelar a sectores desencantados con los partidos tradicionales.
Desgaste en los partidos tradicionales

Por su parte, la CDU/CSU, liderada por Friedrich Merz, obtiene el 25%, por debajo del 28,5% alcanzado en los últimos comicios generales. Si bien conserva una base electoral importante, su dificultad para renovar el mensaje y captar el voto joven le resta dinamismo frente al avance de opciones más radicales o emergentes.
El SPD, actualmente en el gobierno, retrocede hasta el 15%. En las elecciones anteriores había obtenido el 16,4%. La pérdida de apoyo refleja el desencanto con la gestión del Ejecutivo, especialmente en temas como la vivienda, el empleo y el aumento del costo de vida. La percepción de un gobierno débil frente a las crisis internas e internacionales ha impactado directamente en su popularidad.
Los Verdes permanecen estables con un 11%, mientras que La Izquierda llega al 9%. El Partido Liberal Democrático (FDP) y la alianza de izquierda progresista BSW marcan ambos el 4%, por debajo del umbral necesario para ingresar al Parlamento, lo que limita las opciones de nuevas coaliciones.
Un Parlamento sin mayoría clara

De celebrarse elecciones federales este domingo, la suma de CDU y SPD no alcanzaría la mayoría necesaria para formar gobierno. Esta situación obliga a revisar posibles alianzas, ya que las fórmulas tradicionales no garantizan estabilidad parlamentaria. El panorama plantea desafíos importantes para la democracia alemana, que históricamente ha evitado la fragmentación excesiva de su sistema político.
El acuerdo de coalición pactado por los partidos mayoritarios tras los últimos comicios aún necesita ser ratificado. Está previsto que Merz sea electo como canciller el próximo 6 de mayo en el Bundestag. Sin embargo, el avance de la AfD complica los escenarios de gobernabilidad, ya que su peso parlamentario podría dificultar negociaciones clave.
Aunque las encuestas no predicen resultados definitivos, sí condicionan las decisiones políticas en el corto plazo. La volatilidad del electorado, sumada a una baja fidelidad partidaria, genera un entorno incierto. Las decisiones tomadas por la dirigencia en las próximas semanas serán cruciales para determinar si logran recuperar terreno o si se consolida un cambio en la correlación de fuerzas en Alemania.
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