Buenos Aires / Berlín (AT) – La tercera es la vencida. Si algo se le puede reconocer a Christian Lindner, es su resiliencia. Compite por tercera vez como cabeza de lista en unas elecciones generales por su partido, el liberal Freie Demokratische Partei (FDP). En el camino quedaron varios “hitos”: el primero, en 2017, cuando implosionó la negociación para formar un gobierno de coalición entre la CDU/CSU, Los Verdes y su propio partido. “Mejor no gobernar que gobernar mal (Besser nicht regieren, als falsch regieren)” fue la frase con la que marcó la caída de la llamada opción Jamaica tras las elecciones de 2017.
A su partido le llevó más de cuatro años recuperarse. Cuando el FDP entró en 2021 en la coalición que formaron el SPD con Los Verdes, la carrera de Lindner alcanzó su récord histórico. Sin embargo, apenas tres años más tarde, el escenario se repetiría: en noviembre del año pasado, el propio Lindner fue eyectado del Gobierno por orden de Olaf Scholz. El motivo oficial fue la falta de disposición para aumentar el gasto público; el extraoficial, que el FDP había estado planeando desde septiembre de 2024 abandonar el gobierno de coalición que integraba con el SPD y Los Verdes, en la denominada “coalición del semáforo” (Ampel-Koalition). El gobierno se derrumbó y Olaf Scholz se vio obligado a convocar elecciones anticipadas.
Lindner, por su parte, culpa al SPD y a Los Verdes del fin de la coalición, porque no siguieron el rumbo del FDP hacia un “cambio económico real”. Exige que la economía vuelva a la senda del éxito, también para salvar la democracia.
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A todo o nada
Cuando el próximo domingo Lindner vuelva a liderar a su partido en unos comicios nacionales, será a todo o nada. Al cierre de esta nota, el FDP reunía una intención de voto más cercana al 4 % que al 5 %. De no mejorar sustancialmente en el sprint final, el partido quedaría fuera esta vez no solo del gobierno, sino también del Parlamento. La razón: solo los partidos que logran más del 5 % de los votos tienen derecho a enviar diputados al Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento.
Rendirse nunca ha sido una de las características de Lindner. Con 21 años, fue elegido diputado del FDP en el Parlamento de Renania del Norte-Westfalia. Su carrera política tuvo paradas en la representación regional de Düsseldorf y, finalmente, en Berlín. En 2013, con 34 años, fue elegido como el presidente más joven del partido liberal. Lindner estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Bonn; en paralelo, sirvió en la Fuerza Aérea, donde alcanzó el grado de capitán de la reserva. Casado en segundas nupcias con la periodista Franka Lehfeldt, le gusta navegar y tiene una licencia como piloto de carreras.
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Volver a empezar
Tras su eyección del gobierno a fines del año pasado y la caída de la coalición del semáforo, Lindner no bajó los brazos: se propuso realizar 75 apariciones en campaña electoral. Su programa apuesta por un cambio de rumbo en la política económica y migratoria, temas que también cotizan en la CDU y la CSU de Friedrich Merz y Markus Söder, la alianza de partidos que hoy aglutina el 30 % de la intención de voto en las encuestas. De esta forma, Lindner marca el terreno e intenta posicionarse, junto con su partido, para una posible coalición con los conservadores de la CDU y la CSU. Al mismo tiempo, busca diferenciarse apostando por la máxima visibilidad.
A pesar de la situación crítica que enfrenta el FDP en las encuestas, es notable la ausencia de críticas hacia Lindner. En el partido y en la fracción parlamentaria se expresa un profundo agradecimiento hacia él por haber logrado devolver al FDP al Bundestag y posteriormente al Gobierno. Por lo tanto, su liderazgo no está en cuestión. Sin embargo, en conversaciones confidenciales han surgido dudas sobre su estilo de liderazgo. Aun así, es evidente que actualmente no existe una alternativa viable.
En consecuencia, Christian Lindner continúa acaparando la atención. Su objetivo es lograr un resultado de dos dígitos para el FDP y asegurar su participación en el Gobierno, aunque este propósito pueda parecer inalcanzable a la luz de las encuestas actuales. El 23 de febrero se decidirá si Christian Lindner mantiene su posición como figura destacada en el escenario político o si su trayectoria llega a su fin.
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