Buenos Aires (AT) – En Alemania, donde solicitar una autorización puede llevar años y llenar formularios es casi una profesión en sí misma, una startup propone una solución tecnológica para un problema estructural: la burocracia. Se trata de Rulemapping Group, una empresa berlinesa que desarrolló una herramienta basada en inteligencia artificial para traducir leyes en estructuras digitales que puedan ser leídas por computadoras. Según sus creadores, el sistema permite automatizar procesos administrativos complejos y reducir los tiempos de resolución de meses o años a pocas semanas.
La excesiva burocracia no es solo una molestia cotidiana en Alemania: representa una pérdida económica considerable. De acuerdo con un estudio del Instituto ifo, la carga administrativa le cuesta al país unos EUR 146.000 millones (US$ 165.914 millones) anuales en productividad. Casos como el de agricultores que esperan seis años para que les aprueben la instalación de un molino eólico en sus tierras, o empresas que deben llenar miles de páginas para obtener una habilitación edilicia, reflejan una problemática estructural.

En este contexto, Rulemapping Group propone una alternativa. “Algunos procedimientos que hasta ahora duraban muchos meses o incluso años, los podemos reducir a pocas semanas”, afirmó Till Behnke, CEO y cofundador de la startup. La idea ya convenció a varios inversores: en una reciente ronda de financiación, la empresa recaudó EUR 12 millones (US$ 13,6 millones), con el respaldo de la Agencia Federal para Innovaciones Disruptivas (Sprind), el fondo Hidden Peak Capital y varios inversores individuales.

De textos legales a mapas lógicos
La clave del sistema es una metodología llamada “Rulemapping”, que convierte normas legales escritas en lenguaje natural en estructuras lógicas compuestas por “nodos” o decisiones encadenadas. De este modo, leyes y reglamentos que habitualmente se presentan como textos continuos, pueden ser transformados en mapas visuales interactivos que facilitan su interpretación y aplicación.
“El proceso permite que cualquier ley o conjunto normativo se traduzca a un formato comprensible para una máquina”, explicó Behnke. Así, por ejemplo, en lugar de depender de un análisis manual de cientos de páginas de legislación, un sistema informático puede revisar los puntos clave y brindar respuestas automáticas sobre la validez o no de un trámite.
Desde Sprind, uno de los principales organismos de innovación del Estado alemán, consideran que el impacto puede ser profundo. “Estamos convencidos de que Rulemapping revolucionará la administración pública”, declaró Rafael Laguna de la Vera, director de la agencia. “La tecnología no solo puede acelerar la aplicación de las leyes, sino también transformar el proceso legislativo mismo”.

Trámites largos, revisiones interminables
Uno de los ejemplos más ilustrativos que cita la empresa es el trámite para instalar una turbina eólica. Actualmente, el expediente suele comenzar con una verificación de integridad documental que puede demorar hasta 18 meses. “Solo revisar que estén todos los documentos requeridos —que pueden ser más de cien, incluyendo estudios de impacto acústico— ya implica una carga enorme para los organismos”, indicó Behnke.
Con la solución de Rulemapping, gran parte de ese proceso puede ser automatizado. La IA se encarga de verificar la completitud de la documentación y puede incluso simular el proceso de decisión que seguiría un jurista. “Nuestro sistema puede responder con precisión si una solicitud cumple o no con los requisitos, y es completamente transparente en cuanto al motivo de cada decisión”, agregó.

Una IA sin “alucinaciones”
A diferencia de los modelos de lenguaje masivos como ChatGPT, que operan como cajas negras y pueden producir resultados no verificables, la tecnología de Rulemapping sigue un enfoque totalmente distinto. “Descomponemos una pregunta jurídica en muchas preguntas pequeñas”, explicó Behnke. “Y las resolvemos en el orden en que lo haría un experto legal. Esa secuencia garantiza respuestas coherentes y verificables”.
Esto también les permite evitar los errores conocidos como “alucinaciones”, un fenómeno común en las IA generalistas que inventan información o sacan conclusiones infundadas. En ámbitos como el derecho, donde cada detalle importa, esa precisión es crucial.

Aplicaciones más allá del sector público
Aunque las oficinas gubernamentales son un público objetivo clave, la empresa también apunta a grandes corporaciones, bancos y aseguradoras que deben validar regularmente si sus operaciones cumplen con marcos regulatorios complejos. “Queremos ofrecer una interfaz digital a nuestra solución de IA y cobrar un arancel según el uso”, adelantó el CEO.
Además, la startup tiene planes de liberar partes esenciales de su metodología como software de código abierto. “Nuestro objetivo es establecer un estándar Rulemapping con licencia open-source que pueda ser adoptado de forma amplia”, aseguró Laguna de la Vera.
Actualmente, el equipo de la startup ya trabaja en una biblioteca digital de leyes en formato legible por máquinas, disponible de forma gratuita para los usuarios. Behnke lo resume así: “Queremos impulsar un ecosistema que le dé un nuevo impulso a la digitalización del Estado”.

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