Buenos Aires (AT) – La librería Korn & Berg abrió sus puertas en el centro de Núremberg en 1531. Fundada por Hans y Elsbeth Ott, se convirtió en un punto de referencia cultural que sobrevivió guerras, cambios de siglo y revoluciones tecnológicas. Hoy, con casi 500 años de existencia, sigue siendo una parada obligada para turistas y lectores locales.
Ubicada frente al Hauptmarkt, el mercado central de la ciudad, la librería se extiende en dos niveles donde se combinan libros nuevos, clásicos y un ambiente marcado por la tradición. Un retrato de Albrecht Dürer domina el techo del salón principal, recordando la profunda conexión de la ciudad con el arte y la cultura.

Un mercado en transformación
Según datos del Börsenverein des Deutschen Buchhandels (la principal asociación del sector editorial alemán), en Baviera existen actualmente unas 430 librerías. Múnich lidera el ranking regional con 96, seguida por Núremberg y otras ciudades más pequeñas. A nivel nacional, Berlín encabeza la lista con 219 librerías.
El informe Branchenmonitor Buch 2024 mostró que, a pesar de una leve suba del 0,8 % en el volumen de facturación, la cantidad de libros vendidos cayó un 1,7 % en comparación con el año anterior. La explicación está en el aumento del precio promedio de los ejemplares, que subió un 2,6 %.
Este escenario refleja un fenómeno curioso: aunque el número de lectores disminuyó con respecto a la década pasada, los que siguen leyendo lo hacen con entusiasmo y profundidad. “Los que leen, leen mucho”, señaló Gerhard Mayer, actual gerente de Korn & Berg.

El renacer lector de las nuevas generaciones
Mayer, que lleva años al frente de la librería, destaca una tendencia que le devuelve el optimismo al rubro: cada vez más jóvenes se acercan a los libros en papel. “Hay un nuevo interés, sobre todo en los géneros ‘New Adult’ y ‘Young Adult’, que combinan historias de amor, crecimiento personal y conflictos actuales. Son muy buscados por el público adolescente y veinteañero”, comentó.
Estos nuevos lectores encuentran en las redes sociales un espacio para compartir recomendaciones, reseñas y experiencias de lectura. Plataformas como TikTok o Instagram, a través de hashtags como #BookTok, revitalizaron el interés por ciertos títulos y autores, muchas veces impulsando ventas que los rankings editoriales tradicionales no lograban prever.

Tradición con mirada digital
Aunque Korn & Berg conserva la estética de una librería clásica, su funcionamiento se adaptó a los tiempos actuales. Cuenta con tienda online, perfiles en redes sociales y organiza eventos con autores contemporáneos. “Tengo colegas jóvenes que están al tanto de las tendencias, proponen actividades y llenan la librería con presentaciones de autores que yo ni conocía”, explicó Mayer.
Ese cruce generacional le permite a la librería combinar el encanto del papel con las exigencias del presente. Parte de su estrategia incluye no solo vender libros, sino también crear comunidad. Lecturas colectivas, firmas de ejemplares y charlas literarias forman parte del calendario habitual del local.

El papel frente al clic
En los últimos años, los formatos digitales como e-books y audiolibros ganaron espacio. Sin embargo, según Mayer, no representan una amenaza para el comercio tradicional. “Mucha gente sigue queriendo tener el libro en la mano, tocarlo, olerlo, hojearlo antes de decidir”, aseguró.
Un cliente habitual explicó que se siente abrumado al buscar libros en Internet, y que prefiere recorrer pasillos, dejarse llevar por las tapas o una frase en la contratapa. Otro visitante contó que, sin ser un gran lector, prefiere comprar en librerías físicas para apoyar el comercio local y mantener viva la cultura en el centro de la ciudad.

Cuando la pasión cambia el rumbo
Una de las historias más singulares de Korn & Berg es la de Cordula Langenstein. Fue médica durante años, pero hace más de una década decidió dejar la profesión para trabajar en la librería. “No me arrepiento de nada. Siento que este es mi lugar. Si me voy a casa sin un libro bajo el brazo, tengo la sensación de que algo hice mal en el día”, relató entre risas.
Para Mayer, este tipo de compromiso es clave: “Lo más importante de una librería no son solo los libros, sino la gente que los recomienda, los comenta, los vive. Acá todos los empleados son lectores apasionados. Eso se nota y se transmite”.

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