Buenos Aires (AT) – Lucid Motors ha iniciado una nueva etapa en su intento por posicionarse como un competidor serio dentro del segmento de autos eléctricos de alta gama. Fundada en 2007 y con sede en Newark, California, la compañía atravesó una década de altibajos: enfrentó una fuerte fuga de talentos hacia empresas rivales, sufrió el impacto de la pandemia y las crisis de semiconductores, y lanzó su modelo Lucid Air con un precio inicial de más de 150.000 dólares, lo que limitó su llegada al gran público.
Sin embargo, en 2024, la situación comenzó a estabilizarse. La firma cambió de liderazgo: Peter Rawlinson dejó el cargo de CEO y fue reemplazado por Marc Winterhoff, mientras que el fondo soberano de Arabia Saudita –principal inversor de la compañía– decidió redoblar su respaldo económico.

Gravity, el modelo que puede cambiar la historia
La gran apuesta actual de Lucid es el Gravity, un SUV eléctrico de lujo que combina diseño elegante, gran espacio interior y tecnología de vanguardia. Equipado con un sistema eléctrico de 926 voltios, una batería de 123 kWh y una velocidad de carga de hasta 400 kW, promete una autonomía superior a los 700 kilómetros. Está diseñado para competir directamente con vehículos como el BMW X7, el Mercedes EQS SUV, el Cadillac Escalade IQ y el R1S de Rivian.
Según el jefe de desarrollo, Eric Bach, ex Tesla, Lucid logró avances clave pese a los años difíciles. “Tuvimos que superar mucho entre 2018 y 2021. La gente se nos iba porque otros ofrecían sueldos imposibles de igualar. Nosotros apostamos todo a la tecnología, y hoy eso nos diferencia”, explicó el ingeniero.

Una expansión selectiva, lejos del gigante asiático
A diferencia de muchas marcas de lujo que dependen del mercado chino, Lucid no contempla desembarcar en ese país en el corto plazo. Su estrategia de expansión está enfocada en Estados Unidos, Canadá, Medio Oriente y países europeos como Alemania, Suiza y Países Bajos. Actualmente, su producción está centralizada en Casa Grande, Arizona, y se está construyendo una segunda planta en King Abdullah Economic City, en Arabia Saudita.
Esta nueva planta comenzará con un sistema de ensamblaje parcial (SKD, por sus siglas en inglés), lo que permitirá capacitar al personal local y garantizar los estándares de calidad exigidos en el segmento premium. El objetivo es que a partir de 2027 allí se produzcan los nuevos modelos de gama media que complementarán al Air y al Gravity.

Apuesta a la clase media alta: el plan 2027
Lucid proyecta lanzar tres nuevos modelos eléctricos de tamaño mediano (alrededor de 4,80 metros) que buscarán ampliar su base de clientes. Estos vehículos mantendrán parte de la tecnología de sus hermanos mayores, pero con costos más accesibles. La compañía apunta a producir unas 500.000 unidades al año en el mediano plazo y acercarse a los volúmenes de Tesla.
El plan prevé ofrecer estas nuevas unidades por debajo de los US$ 50.000, lo que permitiría a Lucid ingresar a un segmento de mercado mucho más amplio. No obstante, para lograr ese objetivo deberá revisar su cadena de suministro: actualmente depende de proveedores como LG, Samsung y Panasonic, cuyos componentes de alta gama encarecen el producto final.

Más que autos: vender tecnología y licencias
Como parte de su estrategia de negocios, Lucid también se posiciona como una empresa tecnológica. Más allá de vender vehículos, busca generar ingresos a través de la venta de plataformas, módulos y motores eléctricos a otros fabricantes. Este modelo ya fue probado con éxito, aunque a pequeña escala, con Aston Martin.
Además, como otras firmas del sector, Lucid espera obtener ganancias por la venta de certificados de emisiones de carbono. Esta práctica, extendida en Estados Unidos, permite a las empresas que superan las metas ambientales adquirir “créditos” de otras que emiten menos, como Lucid.

Rivian y el ejemplo que alienta a Lucid
El interés que Volkswagen mostró recientemente en Rivian –empresa también estadounidense que produce SUV eléctricos y pick-ups como el R1T– fue leído como una señal positiva por el entorno de Lucid. Rivian, que también busca convertirse en un “nuevo Tesla”, recibió una fuerte inyección de capital de parte del grupo alemán, lo que generó expectativas similares para otras startups del rubro.
Lucid, sin embargo, carga con un problema serio: en todo 2024 apenas logró entregar unas 10.000 unidades. Y sus precios todavía son muy elevados para el consumidor promedio. Por ejemplo, el Lucid Air Pure cuesta en Europa poco menos de EUR 90.000 (US$ 102.140), y el Gravity Grand Touring rondará los EUR 130.000 (US$ 147.535). El tope de gama, el Air Sapphire, con 1.250 caballos de fuerza, supera los EUR 240.000 (US$ 272.370).

¿Quiénes son Byton, Rivian y Fisker?
Para el público argentino, nombres como Byton, Rivian o Fisker no son familiares. Byton fue una startup china con sede en Nanjing, que prometía revolucionar la industria con su SUV eléctrico M-Byte, pero quedó en el camino por falta de fondos y problemas internos. Rivian, en cambio, logró posicionarse como un jugador relevante en EE. UU., especialmente con su camioneta R1T. Y Fisker, fundada por el diseñador Henrik Fisker, busca retomar el rumbo tras un primer intento fallido con el modelo Karma, ahora con nuevos vehículos como el Ocean.
Lucid intenta no repetir los errores de estos competidores y diferenciarse con una base tecnológica sólida, alianzas estratégicas y una visión clara del mercado que quiere conquistar.

Una mirada desde Argentina
Si bien Lucid no tiene presencia ni planes concretos para desembarcar en América Latina, su historia no pasa desapercibida en un país como Argentina, donde la transición hacia la movilidad eléctrica avanza de forma lenta pero sostenida. La experiencia de esta empresa puede servir como referencia para entender los desafíos técnicos, económicos y de infraestructura que implica competir en este nuevo paradigma.
Además, muestra cómo los grandes inversores internacionales, como el fondo saudí, están dispuestos a apostar fuerte por el desarrollo de tecnologías limpias. En un contexto donde la Argentina discute cómo atraer inversiones, desarrollar proveedores locales y crear condiciones para la industria del litio y los vehículos eléctricos, historias como la de Lucid aportan elementos clave al debate.

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