Buenos Aires (AT) – El Parlamento alemán comenzó su nueva legislatura con una composición inédita: polarización política, aumento de la representación de los extremos ideológicos y un gobierno que nace debilitado. El conservador Friedrich Merz, líder de la CDU y próximo canciller, enfrenta una tarea complicada: negociar desde una posición frágil tras ceder, antes de asumir, su bandera histórica de disciplina fiscal.
El acuerdo entre la CDU y el Partido Socialdemócrata (SPD) para habilitar una histórica ola de endeudamiento por cientos de miles de millones de euros marcó un cambio profundo. El pacto permitirá ampliar el gasto en defensa e infraestructura, incluidos proyectos de energía verde. Para Merz, defensor acérrimo del equilibrio presupuestario, fue una concesión inesperada.
“Esta es una derrota clara para los conservadores, justo al inicio de las negociaciones”, advirtió Johannes Winkel, jefe de la organización juvenil de la alianza conservadora, en una entrevista radial. El préstamo masivo otorgó al SPD lo que más deseaba, reduciendo el margen de negociación del futuro canciller.

Alternativa para Alemania, principal fuerza opositora
Con su mejor resultado histórico Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha, se convirtió en la segunda fuerza del Parlamento. Duplicó su número de bancas y asumirá el rol simbólicamente relevante de líder de la oposición, lo que le otorga privilegios parlamentarios y una plataforma más amplia para atacar al gobierno.
La AfD, abiertamente antiinmigración, euroescéptica y pro-Rusia, se opuso de plano al acuerdo de deuda. Su argumento: la necesidad de mantener la austeridad fiscal y evitar más apoyo militar a Ucrania. Tino Chrupalla, uno de sus referentes, ironizó en el Parlamento: “¿Qué representa usted ahora, señor Merz? Ya tiene el ADN del SPD implantado”.

Una coalición frágil y sin margen de maniobra
El nuevo gobierno deberá formarse con una coalición entre la CDU de Merz y el SPD. Las diferencias ideológicas, especialmente en migración y política social, amenazan con trabar el diálogo. El SPD rechaza de plano recortes en el gasto social, una de las promesas de campaña de Merz.
“Cualquiera que diga modernización del Estado pero en realidad quiera eliminar derechos laborales, tiene claramente a los socialdemócratas enfrente”, advirtió Lars Klingbeil, uno de los principales negociadores del SPD.
Además, el debate sobre migración se presenta como uno de los puntos más sensibles. Merz prometió controles fronterizos estrictos y rechazo total a entradas irregulares, incluyendo solicitantes de asilo. El SPD considera que estas propuestas violan el derecho europeo y podrían afectar la unidad del bloque.

El rol de los extremos: poder de veto constitucional
Por primera vez, los partidos en los extremos del espectro político —AfD y Die Linke (La Izquierda)— controlan más de un tercio de los escaños. Esto les da poder para bloquear reformas constitucionales, que requieren mayoría de dos tercios. Aunque ambos partidos rechazan cooperar entre sí, su capacidad de obstrucción será central en la legislatura.
Ambos votaron contra el acuerdo de deuda en la sesión extraordinaria previa al inicio de la legislatura. Die Linke lo hizo por su rechazo general al gasto militar, mientras que la AfD lo rechazó por razones fiscales y geopolíticas. La CDU mantiene su promesa de no pactar con ninguno de los extremos, aunque algunos líderes regionales ya cuestionan esa estrategia en un Parlamento tan dividido.

El Bundestag, menos femenino y más jurídico
La nueva composición del Bundestag muestra una regresión en términos de género: menos del 30 % de sus miembros son mujeres, un descenso respecto al período anterior. El partido con mayor proporción femenina es Los Verdes (más del 60 %), mientras que la AfD cuenta con apenas una de cada diez diputadas.
Desde el punto de vista profesional, casi uno de cada cinco parlamentarios proviene del ámbito jurídico. Le siguen economistas (8,3 %) y politólogos (5,7 %), lo que resalta una fuerte sobre-representación de estas carreras respecto a la población general.

Apellidos conocidos y generaciones enfrentadas
Entre los nuevos legisladores hay varios “nepo babies” (jóvenes figuras políticas que se han beneficiado del nepotismo) de la CDU: Johannes Volkmann, nieto del excanciller Helmut Kohl; Caroline Bosbach, hija del histórico diputado Wolfgang Bosbach; y Frederik Bouffier, hijo del exgobernador de Hesse.
En cuanto a la edad, el nuevo Bundestag muestra una brecha generacional entre los extremos. Alexander Gauland (AfD), de 84 años, es el más veterano. En el otro extremo está Luke Hoß (Die Linke), con solo 23 años. Siete de los diez diputados más viejos pertenecen a la AfD; seis de los más jóvenes, a Die Linke.

Coalición en tensión: las dificultades recién comienzan
Friedrich Merz busca equilibrar su liderazgo conservador con la necesidad de gobernar junto a una fuerza progresista. “Tendremos que impulsar reformas significativas. Esa será la verdadera prueba de cooperación”, declaró en una entrevista televisiva reciente. Y agregó: “Las conversaciones más difíciles todavía están por venir”.
El cronograma original estimaba un acuerdo de coalición antes de Pascua, pero ese plazo ahora está en duda. La negociación involucra a 16 grupos y 256 negociadores, y los temas más sensibles —como migración, gasto público y derechos laborales— están lejos de resolverse.

Una nueva etapa política en Alemania
El arranque de la legislatura marca un momento bisagra para la política alemana. Con la polarización en alza, la presión sobre Merz desde su propio partido y una oposición fortalecida por la AfD, el nuevo gobierno tendrá que lidiar con una realidad fragmentada y compleja. La capacidad de sostener una agenda legislativa estable dependerá más que nunca de la habilidad para negociar en medio del desacuerdo.

El nuevo Parlamento alemán:
- Alternativa para Alemania, principal fuerza opositora
- Una coalición frágil y sin margen de maniobra
- El rol de los extremos: poder de veto constitucional
- El Bundestag, menos femenino y más jurídico
- Apellidos conocidos y generaciones enfrentadas
- Coalición en tensión: las dificultades recién comienzan
- Una nueva etapa política en Alemania
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