Buenos Aires (AT) – La colación del semáforo en Alemania llegó a su fin. El canciller alemán, Olaf Scholz, anunció este miércoles la ruptura de la coalición de Gobierno de socialdemócratas, verdes y liberales, pidiéndole su renuncia al ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP). El final de la coalición puede significar muchas cosas en Alemania. Pero, ¿qué sigue? El canciller federal pedirá un voto de confianza, o también llamado “moción de confianza” al Parlamento alemán el 15 de enero.
En la primera sesión del nuevo año, se planteará la moción de confianza para que los diputados decidan si “abren el camino hacia elecciones anticipadas“, las cuales, según se informó, tendrían lugar a más tardar a finales de marzo.
En Alemania la democracia se rige por normas establecidas en el famoso Grundgesezt (la Ley Fundamental), en el cual se asegura que el Gobierno cuente con el respaldo de la mayoría en el Parlamento, incluso en tiempos de crisis. Como por ejemplo, si una coalición de gobierno se rompe. Surge la pregunta de si el Gobierno aún tiene el apoyo mayoritario del Bundestag, por lo cual se recurre a la moción de confianza. Es esencial para que el Gobierno esté democráticamente legitimado.
Qué es, qué implica y cómo funciona la “Moción de Confianza”
En teoría, la moción de confianza es simple: el canciller pregunta al Parlamento si apoya su política, si confían en su labor. El Bundestag se reúne y puede fortalecer la posición del canciller dándole su confianza. O bien, puede tumbarlo.
Según el artículo 68 del Grundgesetzt, si el Gobierno duda de su apoyo mayoritario en el Parlamento, el canciller puede plantear una “moción de confianza”. Todos los diputados del Bundestag pueden votar, y en condiciones normales, la coalición de gobierno cuenta con la mayoría. Si la mayoría apoya al canciller, el Gobierno continúa. Si la moción no obtiene el apoyo de la mayoría de los diputados, el presidente (en este caso Frank-Walter Steinmeier), a propuesta del canciller, puede disolver el Bundestag dentro de 21 días, y se convocarán nuevas elecciones. La votación debe realizarse 48 horas después de la solicitud, dando tiempo para consultas adicionales.
Tres cancilleres, tres mociones de confianza
Normalmente, este instrumento está pensado para ayudar a un canciller a fortalecer su base de poder. Pero la moción de confianza también puede plantearse con la intención de no obtener mayoría, más bien para facilitar unas elecciones anticipadas. Esto ya sucedió antes y parece ser ahora el plan del canciller Scholz. Legalmente es posible: en el pasado, el Tribunal Constitucional (Bundesverfassungsgerichts) aprobó estas “cuestiones de confianza indirectas”. Esto se debe a una particularidad de la Constitución alemana: el Bundestag no puede disolverse a sí mismo, una lección aprendida de la inestable República de Weimar (1918-1933).
Desde la fundación de la República Federal de Alemania, cuatro cancilleres se enfrentaron a un voto de confianza. Uno de ellos incluso dos veces. El primero fue Willy Brandt (SPD) en 1972, quien perdió la votación pero ganó las elecciones posteriores, como esperaba. En medio de un acercamiento con el Este socialista, Brandt fue duramente criticado. La CDU habló de una «venta de los intereses alemanes». La ala del FDP se separó de la coalición con el SPD. Pero el intento de derrocar a Brandt fracasó. El canciller convocó nuevas elecciones. Con una participación récord del 91,1%, el SPD ganó las elecciones con un 45,8% de los votos, y la coalición social-liberal obtuvo una mayoría sólida en el Bundestag.
En 1982, Helmut Schmidt (SPD) solicitó la moción en medio de una crisis de coalición. Aunque Schmidt ganó la votación, las tensiones con el FDP se intensificaron, y pocos meses después la CDU lo derrocó en una moción de censura constructiva con votos del FDP. En su lugar, eligieron como nuevo canciller a Helmut Kohl (CDU). El canciller Kohl carecía de legitimidad en el Bundestag. Por eso se volvió a solicitar la moción de confianza en 1982. Al igual que Willy Brandt, Kohl quería perder el voto de confianza para convocar a nuevas elecciones. El caso llegó hasta el Tribunal Constitucional Federal, que posteriormente falló a favor de Kohl. Pero Kohl perdió el voto de confianza. Sin embargo, ganó claramente las nuevas elecciones del 6 de marzo de 1983. El esfuerzo había valido la pena.
En 2001, Gerhard Schröder (SPD) vinculó la moción de confianza a la votación sobre el polémico despliegue de tropas en Afganistán, y tras el ataque terrorista el 11 de septiembre del mismo año, y obtuvo el respaldo. Sólo cuatro años después, en 2005, Schröder volvió a plantear la moción de confianza. El Gobierno de vuelta se encontraba en crisis. Al igual que Brandt y Kohl, Schröder quería perder la votación sobre la moción de confianza y reforzar su posición en el Bundestag mediante nuevas elecciones. Representantes del SPD y los Verdes se opusieron públicamente a Schröder, argumentando que perder a propósito la moción de confianza no era válido. Angela Merkel, líder de la oposición, apoyó el plan de Schröder. Tras la derrota de Schröder en la votación y las elecciones, Merkel fue elegida canciller. Este último voto marcó el comienzo de los 16 años de Merkel en el poder.
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